Siempre me ha fascinado la capacidad de Hino sensei para narrar con sus grotescos dibujos historias entre terrorĆficas y sobrecogedoras (estas Ćŗltimas con matices horribles) y cómo la instrospección y la soledad son unas de nuestras peores pesadillas. La CĆŗpula vuelve a apostar por una antologĆa necesaria para los que adoramos el terror.
Cuatro historias que arrancan con El Monstruo TerrorĆfico, donde el doctor Furankenshutain encuentra lo necesario para crear una criatura humana a partir de un pez. La sopa de algas y el vino de arroz son su punto dĆ©bil: no puede resistirse. Pero se da cuenta que no es un ser humano, si no un monstruo.
Mi mano izquierda. Hiroshi siente que le pasa algo a su mano izquierda y parece hacerse real aquel refrƔn que dice "no dejes que tu mano izquierda sepa lo que hace la derecha", ya que empieza a darse cuenta de que coge cosas sin darse cuenta....
En El dĆa que las grullas echaron a volar, nos encontramos a Nieves, una niƱa muy enferma que disfruta viendo a las grullas, haciendo origami (grullas tambiĆ©n), a las que suelta por la ventana y pide deseos. Pero empiezan a aparecer grullas muertas.
La última historia, El ogro Gongoro se relaciona con criaturas de lo mÔs variopinto. Tal vez la peor raza con la que se encuentra sea la humana.
A estas alturas no vamos a descubrir a Hino Hideshi, pero no estÔ de mÔs recordar titulazos como El Niño Gusano, o La Isla de Las Pesadillas, nos llevan a ese mundo interior, esas pesadillas que a todos nos horrorizan y nos atraen por igual. El morbo de saber qué y cómo es superior a la repulsión que pueden provocar sus grotescos y deformes dibujos, aunque su narrativa es espectacular y te atrapa desde la primera pÔgina.
Maestro de maestros en el gƩnero del terror al que Ito Junji, Kago Shintaro o Maruo Suehiro siempre nombran como influencia.
Ese monstruo que vemos en todas sus obras, con los ojos grandes, caĆdos, boca grande, cuerpo deforme sin connotación humana (mĆ”s que camina sobre dos pies y tiene dos brazos. Carece de ombligo y sexualidad), me lleva a pensar en alguna abominación que lo obsesiona puesto que es el personaje recurrente en todas sus obras.
La primera historia bebe directamente del mito de Frankenstein con el que comparte nombre y obsesión por crear a una criatura a partir de un cadĆ”ver usando la electricidad... Y como el la obra de Mary Shelley, el experimento no sale todo lo bien que creĆa, aunque en el caso de la obra de Hino, no llega a arrepentirse...
Siguiendo con el primer relato que estĆ” dividido en dos partes, podemos apreciar dos visiones del monstruo: en la primera parte el monstruo en todo su esplendor a lo Godzilla (al que hace referencia) y en la segunda como lo adopta la loca Sayo (pensando que es su hijo que murió) y la interacción con los demĆ”s niƱos, que sólo ven su diferencia fĆsica. El problema siempre lo tienen los adultos y la preconcepción de ideas y roles.
Las cuatro historias tienen como nexo común el miedo. Pero no uno cualquiera, el miedo al qué pasarÔ. En la primera la criatura descubre el miedo al verse al espejo y es incapaz de medir su fuerza. El el segundo relato, no saber cuÔndo ni qué va a hacer su mano izquierda, tiene a Hiroshi preocupado; Nieves siente miedo al ver a las grullas muertas, tal vez porque ella estÔ enferma y tiene miedo del qué pasarÔ en un futuro próximo. En el último, Gongoro a pesar de intentar ayudar a los demÔs (especialmente a Yukiko, ciega, con quien pretende casarse) descubre que eso de la belleza estÔ en el interior, no se lo dijeron a él. Nuevamente el miedo al qué pasarÔ.
Brillante como siempre y con una edición cuidadĆsima por parte de La CĆŗpula en unos relatos que nos harĆ”n avergonzarnos como seres humanos... O tal vez no. Vosotros decidĆs.
Nombre Original: El Teatro Escalofriante de Hideshi Hino
Autor: Hino Hideshi
GƩnero: Terror
CategorĆa: ShĆ“nen
Año publicación: 2019
Editorial: La CĆŗpula
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