Lo sé: otra de vampiros. Me gustan y ¡están por todas partes! Ya sea en series nuevas o antiguas como la que nos acompaña, los chupasangres campan a sus anchas en todo el mundo del arte.
Nacido de un juego eroge de PC llamado Mayonaka no Tantei Night Walker desarrollado por TomBoy en 1993 y aunque los nombres de los personajes se mantuvieron, sus personalidades y la comicidad del juego fueron cambiadas.
Detective de día y cazador de demonios por la noche, un destino que no puede cambiar. ¿O sí?
Argumento
Shido Tatsuhiko es un detective muy particular: es un vampiro que trabaja para resolver los asuntos de la N.O.S (los inexplicables, raros) de día, mientras que por la noche es un feroz depredador dedicado a la caza de los nightbreeds, unas criaturas que pueden poseer los cuerpos humanos.
Para ello contará con la ayuda de Yayoi Matsunaga, de la que también se alimenta, y de una adolescente llamada Riho Yamazaki, a la que salvó cuando sus padres fallecieron a manos de los vampiros. Guni es una pequeña hada verde que se esconde tras la melena del detective a la cual también le debe la vida.
Buceando en las sombras
Hablar de Kagawa será hacerlo de Naruto Shippuden, de la que también es director y guionista, así que no me voy a explayar, por lo que tan solo comentaré que es garantía de calidad. Amén también al estudio encargado AIC (Anime International Company), del que han salido títulos fabulosos como Blood+ o Angel Beats!, por lo que en esta ocasión también nos encontramos con una producción cuidada y detallista.
Al venir de un videojuego, se respetaron los diseños originales de Ayana Itsuki, aunque añadieron algún que otro detalle como la coloración púrpura de la melena de Shido. La esencia es la misma: misterio y erotismo a partes iguales.
Obviamente, el predominio de la oscuridad durante todos los episodios ya se presupone y la acertada elección del colorido apagado, siendo la atmósfera cargante y pesada. Como curiosidad, os diré que hay mucho de la ciudad de Yokohama: el puente está dibujado a escala real, así como el diseño del barrio chino.
BUCK-TIC son los encargados del opening. Si bien esta melodía no fue expresamente escrita para ello, casa a la perfección con la temática: lúgubre, gótica y con tintes hardcore Gessekai abre fuego dando paso a todos los capítulos. Mirai Koro, a cargo de La'cryma Christi, es la encargada de cerrar los episodios: rockera y bastante más alegre que el opening.
Mientras se van sucediendo las tramas, la música de Akifumi Tada (La ley de Ueki o Skip Beats!) se encarga de que la melodía nos transporte a lo más oscuro de cada uno de nosotros, sumiéndonos en las tinieblas del relato.
La susurrante voz de Shido sale de las cuerdas vocales de Takumi Yamazaki (Isamu Alva Dyson en Macross Plus), mientras que la cantante y compositora Maaya Sakamoto ( Hitomi Kanzaki en La visión de Escaflowne) hace lo propio con Riho Yamazaki. La simpar Guni habla por boca de Ikue Otani, la famosa voz de Pikachu en Pokémon, mientras que la sexy Yayoi lo hace a través de Emi Sinohara, conocida como Kushina Uzumaki (Naruto) o la guerrera Júpiter de Sailor Moon.
Del amor a la sangre
Decir que es un anime fuera de lo usual, no es suficiente. Si bien toca todos y cada uno de los estereotipos de los vampiros, la combinación de misterio, horror, demonios y sensualidad no es lo que más acontece por estos lados y mucho menos alcanzando su propósito: engancharnos y que no creamos que estamos perdiendo el tiempo con otra serie ñoña.
Tiene varias pifias en algunos episodios: en un principio Shido no tiene carnet de conducir y no sabe manejar un automóvil, pero lo hace tranquilamente en uno de los capítulos.
La memoria de Shido le juega malas pasadas o al guionista se le fue la pinza: de ser hecho vampiro a la fuerza por Cain, pasamos a varias escenas que podríamos calificar sin pudor de yaoi en las que le pide por favor que lo convierta para permanecer a su lado para toda la eternidad.
En fin, dejando a parte las erratas, nos encontramos con una historia distinta (si ello es aún posible) sobre un chupasangre que no quiere dejar de ser humano, por lo que ha dejado de matar por placer y solo usa a los que se prestan a alimentarlo (con toda la sensualidad que esto comporta), que además se debate entre los sentimientos que le despiertan su creador, el cual solo ve a los humanos como comida y los considera inferiores, y los que le rodean que hacen su vida más llevadera. Los episodios son autoconclusivos, aunque todos los finales nos revelan nuevas pistas sobre el siguiente.
Si queréis saber qué tienen en común un vampiro, una humana y una hada, esta es vuestra serie.
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