Las bombas atómicas causaron muerte y daños en cifras incalculables. Es imposible contabilizar las víctimas que las quemaduras, leucemia, cánceres diversos, e incluso suicidios ocasionaron a corto y medio plazo. Pese a ello, existe otro daño más, a largo plazo, que tampoco se ha contabilizado nunca, pero que también es responsabilidad directa de la brutal masacre: el movimiento contracultural basado en el consumo de una bebida alcohólica llamada kasutori.

El kasutori, también conocido como arak o sochu, es una bebida fermentada a base de arroz, cebada o boniato. Tiene una graduación mayor que el sake (25% de alcohol frente al 20% que, como máximo, tiene el sake) y es de peor calidad, lo que le confería un precio más barato en una época en la que la economía del japonés medio no estaba para tirar cohetes.

Hombres bebiendo arak

¿En qué consistió este movimiento?

Pongámonos en situación: Japón ha perdido más que la guerra. Ha perdido muchos millones de vidas, casi la cuarta parte de su riqueza, ha perdido el honor y ha perdido la ilusión. Los nipones tienen que empezar casi de cero, carecen de autonomía como país, sus despensas están vacías, el racionamiento sigue y lo único que parece prosperar es el mercado negro. Cuando los soldados regresan de sus destinos en otros países, encuentran un país destrozado, la mayor parte de ellos ni siquiera tienen casa o familia a la que volver, perdida en alguno de los innumerables ataques. En tan patética situación, cualquier cosa que represente una evasión es bien recibida. Así se empieza a vender este alcohol barato y fuerte en las tabernas -legales o no- primero de los pueblos pequeños y casi enseguida en los grandes núcleos urbanos.

El consumo de este licor intoxicante ganó muy pronto adeptos entre consumidores jóvenes, de edad alrededor de la veintena, aquellos que venían de una sociedad que les había metido a fuego que ganarían la guerra y ahora les dejaban un país roto, muchos de ellos habían sufrido pérdidas personales, carecían de futuro y sus estudios o carreras estaban truncados para siempre porque la sociedad donde los comenzaron ahora no existía ya.

Un sinnúmero de soldados cayeron víctimas del alcoholismo y muchos jóvenes dejaron el hígado y la vida en su consumo sin medida. En contraposición a la cultura de la obediencia y el esfuerzo que siempre ha caracterizado a Japón, los kasutori proponían la desidia en su lugar, el negarse a arreglar un país que no les daba nada por quien lo habían perdido todo y ahora les exigía más aún. En lugar de trabajar y acostarse temprano para madrugar y seguir produciendo, frecuentaban las tabernas para emborracharse, eran groseros, practicaban el sexo casual y la prostitución, y adoptaron ropas, maneras y formas de arte occidentales. Se lanzaron al consumo de tabaco americano, alcohol y estupefacientes, a la delincuencia y a la búsqueda del placer en cuanto fuese posible, puesto que sufrimiento ya habían tenido de sobra.

Portadas de revistas de Kasutori

¿Qué trajo consigo el kasutori?

Algunos autores se niegan a dar valor a este movimiento por considerarlo algo que solo trajo violencia, sexo, negación de los valores tradicionales y problemática social, y desde luego tienen parte de razón, pero tampoco podemos negar que el ansia de este grupo urbano por romper los valores establecidos y abrirse a otras maneras de pensar alejadas de la abnegación y el esfuerzo infinito, crearon un movimiento artístico-cultural digno de mención. 

Inspirados en las revistas que leían los americanos que vivían en su país, los kasutori crearon su propia ola Pulp con revistas como Kasutori (sí, la más famosa llevaba el nombre del licor) o Kitan Club. En las páginas de estas revistas, los relatos de surrealismo y terror gore se daban la mano con los eróticos, desde historias de amor sugerentes y pícaras, hasta eroguro e historias de violaciones de un grafismo repulsivo, además de láminas ilustradas para todos los gustos. Todo ello impreso en un papel de ínfima calidad en el que podíamos apreciar pedazos de la pulpa de madera, de donde venía el nombre Pulp, como ya sabemos. 

Aquellos contenidos escandalizaban a la sociedad conservadora de la época a la vez que seducían a chicos y chicas por igual. Una marea de creatividad e imaginación nunca vistas inundó los kioscos y en medio del clima descrito más arriba, todo el mundo deseaba, ansiaba soñar. Las revistas no dejaban de ser un grito de libertad por parte de una generación que se vio truncada entre el clasicismo de sus padres y el modernismo de los invasores.

Como suele suceder, la vida imita al arte y a la inversa. Las revistas hicieron que muchos jóvenes se interesaran por la vida artística y también por la delictiva, o cuando menos, al margen del rígido orden. Surgieron así las primeras pandillas, masculinas y femeninas que incluso dieron lugar al subgénero de cine pandillero conocido como Pinky Violence (Violencia rosa), protagonizado en su mayoría por mujeres (algunas, como Reiko Ike, habían sido auténticas pandilleras en la vida real, como sucedió aquí con el llamado cine quinqui). Aunque el apogeo de estas películas ya se dio en la década de los setenta y ochenta, bebían directamente de las revistas Pulp y la sensación de insatisfacción y pérdida de rumbo que sufrió Japón después de la Segunda Guerra Mundial. Lo explícito de sus imágenes de sexo y violencia las cargó de polémica y rebeldía, haciendo incluso que traspasasen fronteras.

A mediados de la década de los cincuenta, conforme la situación económica de Japón fue mejorando y se abrieron nuevas posibilidades de prosperidad, el movimiento y sobre todo las revistas fueron dejando paulatinamente de existir. Las revistas evolucionaron en el manga y nos dejaron un movimiento cultural amplísimo que supo enfrentarse a la censura y doblegarla, explorar nuevos cauces de expresión y convertir el alcoholismo en una forma de rebeldía que dejaría poso a través de las décadas.

Fuentes

2000Maníacos, nº 49, Asia bizarra

https://www.reddit.com/r/pulp/comments/uhhr6y/strange_sexy_and_salacious_exploring_japans/

https://japonismo.com/blog/kasutori-revistas-adultos-pinku-eiga

https://es.wikipedia.org/wiki/Sh%C5%8Dch%C5%AB


Escrito por Dita para Koukyou Zen