Eugenio Martín Márquez (conocido como Gene Martin en el extranjero) fue un director español que venía con Una señora estupenda (1967) y Las Leandras (1969) pero la mala recepción de El desafío de Pancho Villa hizo que su siguiente proyecto tuviera menguada las arcas monetarias. Aprovechando los decorados y reutilizando varias maquetas logró que varias estrellas de Hollywood se pusieran de su parte, y a pesar del exiguo presupuesto logró un verdadero clásico.
Christopher Lee, Peter Cushing, dos actores de la Hammer que rayan en lo imposible cuando hablamos de películas clásicas donde se enfrentan, en esta cinta unen sus conocimientos para poder acabar con el monstruo desconocido. La cinta es una mezcla de clichés de clase B con una historia más profunda, logrando tenernos obnubilados frente a la pantalla, nos atrapa y queremos ver qué nos ofrece el monstruo, en escenas bien logradas. Pero vayamos a la trama:
Una momia es encontrada congelada a inicios del siglo XX por el grupo del profesor Saxton (Christopher Lee), especialista en fósiles y huesos, quien decide llevarlo encerrado en una caja monumental a través de las estepas chinas/rusas para su posterior exhibición en la Sociedad Científica. A bordo hallará a un amigo y rival: el Dr Wells, interpretado por Cushing.
Los personajes secundarios están bien aprovechados, la ayudante de Wells (Alice Reinheart) es una experta bacterióloga que en varios momentos de la trama aporta desde profesionalismo hasta momentos chistosos.
De Mendoza será una mezcla de sacerdote, gurú y monje, con toda la apariencia de un Rasputín que oscila entre el fanatismo del temor y la locura, quien trabaja bajo el ala del Conde Petrovski (George Rigaud) y su esposa la Condesa Irina, de la mano de la actriz Silvia Tortosa, aquí la pareja está segura de su posición social al ser de la nobleza polaca.
Además del tren, omnipresente en casi la totalidad de la cinta, los decorados iniciales fueron adaptados de Madrid, en la antigua Estación de las Delicias que pocos años antes había cerrado. Se la usa frecuentemente para cinematografía (Doctor Zhivago, las chicas del cable, El tiempo entre costuras, por mencionar algunas). Parajes de la sierra de Guadarrama, Colmenar Viejo y Daganzo son otras locaciones de España donde se tomarían algunos fragmentos para el film.
Como ya mencionamos anteriormente, hay pasajes donde el terror será la comida del día, posesiones, muertes rápidas y descubrimientos que nos golpearán de frente. Ciencia y religión tienen su batalla, y los efectos de pavor bailan al compás del metraje mientras los personajes deben unirse para poder salir triunfantes. El ritmo de la película es rápido y los noventa minutos vuelan, un digno film pochoclero de la época.
Con la limpieza, escaneo doble y posterior pasaje a Blu-ray, Pánico en el Transiberiano (también conocida como Horror Express) ganó muchísimo en calidad, y al estar en dominio público se la puede ver también gratis por YouTube, las más recientes con calidad HD para ver en la televisión, nos vemos en otra reseña.
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