El Siervo Mudo

"Callar y Servir" es la premisa a la que se vieron supeditadas muchas mujeres en la Antigua China. De hecho, y como ya os contamos, hasta el siglo XX las concubinas podían ser libres o de origen esclavo.

El príncipe comandante del norte tiene un voraz apetito sexual y quiere tomar a la hija de la familia Shen como concubina. Corre el rumor de que ninguna concubina logra salir de allí, así que deciden mandar a su esclavo mudo, cuya espectacular belleza puede eclipsar a cualquier mujer y no podrá quejarse.

Así pues, el esclavo adopta el nombre de Shen Yu y oculta su género por el bien de su madre que está enferma.

Shen Yu vive con el miedo de que lo descubran, pero para su sorpresa, el comandante queda prendadísimo de él. ¿Es esto un alivio o una calamidad?

El Siervo Mudo (哑奴) es una novela de de Qiang tang que dio el salto al webcómic dibujada por Bai Li Jun Xi que consta de 256 capítulos reunidos en ocho tomos. Con colores muy básicos, casi planos, destacamos la expresividad de sus personajes y podemos sentir el miedo de Shen Yu y la ira de la consorte real. No obstante, me gustaría puntualizar el abuso de las viñetas pequeñas, dejando la página en prácticamente en blanco con escenas que se me antojan bastante irrelevantes.

El Siervo Mudo

El apetito insaciable del Rey de Zhenbei, Zhiluo, ha llevado a la desaparición de nueve concubinas y todos en la corte saben de sus gustos pervertidos. Si bien es cierto que la historia arranca de un modo lento, va cogiendo ritmo con la aparición de la Consorte Real, que ve peligrar sus privilegios con la llegada de Shen Yu, que parece haber acaparado al Rey Comandante por completo. No dudará en torturarlo intentando no dejar pistas hasta casi la muerte (recordemos que es mudo y no sabe leer ni escribir) lo que me lleva a pensar que quizás también fuera la culpable de las otras nueve desapariciones porque el comandante podía ser bruto, pero no hasta el punto de matarlos. Y no uso el femenino, porque a pesar de llamarlas concubinas, al hombre le da lo mismo el género y la prueba está en que obviamente, descubre que Shen Yu no es una mujer al primer vistazo.

A pesar de lo interesantísimo de la historia que nos cuenta, le cuesta arrancar debido a una narrativa un poco pobre. Hay que echarle mucha imaginación para atar algunos cabos y aunque hay viñetas (y páginas enteras) dibujadas bellamente y con todo lujo de detalles, me falta información y me sobran bocadillos.
El Siervo Mudo

La aparición de la Consorte Real, Dai Rou, es un arma de doble filo: por un lado es una metáfora de lo malvadas que son las mujeres y por el otro, quiere empoderarlas haciendo valer el dicho "detrás de cada gran Hombre, hay una gran mujer".

Una mujer que tiene a la corte de su parte, especialmente a los médicos y sirvientes pero cuando Zhiluo hace que su sierva confiese, ya que han intentado envenenar a Shen Yu (y le han clavado agujas bajos las uñas para que sufra), Dai Rou lo niega todo y ella sufre la tortura de la "la muerte por mil cortes". Al desmayarse, viene el médico a quien se le escapa que Shen Yu es un hombre (ya que fue quién lo curó).
La venganza de Dai Rou parece cercana, solo tiene que desvelar las preferencias de Zhiluo, aunque antes jugará un poco con Shen Yu.
El Siervo Mudo

No esperéis escenas eróticas, no las hay debido a la fuerte censura chin. Sin embargo, podemos gozar con el baile de espadas de Shen Yu (y no, no va con segundas).

MONOGATARI ha hecho un gran trabajo de edición, tanto de portada como con las páginas, quedando satinadas, aunque personalmente encuentro que las ilustraciones han quedado un poco borrosas, debido a los archivos.

Ocho volúmenes en los que agradecemos los pies de página con algunas explicaciones necesarias.
La historia es entretenida y fácil de leer y podemos disfrutar de los que nosotros llamamos "pornopelos" con esas melenazas llenas de volumen y peinados imposible.

Feliz lectura.