Bruce Linito: agente 003 y 1/2

        Cuando me hablaron de esta película y me dijeron que era mala, sonreí. El cine barato y malo suele ser precisamente el que me gusta, porque es frecuente que esté hecho con amor, con ilusión, con ganas… suele tener muchas cosas aprovechables aunque sólo sea las risas que involuntariamente provoca o la inadvertida belleza de muebles y decorados hechos de un modo mucho más artesanal que el actual. Vale, pues me equivocaba. La cinta que hoy nos ocupa no es mala, es PÉSIMA. Pérfida, detestable, execrable, odiosa. Plan 9 del espacio exterior ostenta el título de «Peor película de la Historia», porque la presente no la ha visto suficiente gente como para protestar. Aguantar delante de ella más de media hora es una tarea titánica.

                Para empezar, aparecen unos tíos dando guantazos al aire (todo el mundo se cae, pero nunca le aciertan a nada; debe ser que desplazan el aire con tanta fuerza que crean una ola, un choque de energía que derrota a los contrarios. Digo yo…) sin que nadie nos explique qué pasa. Secuestran a un tío, tampoco sabemos por qué ni quién es, y después aparece el protagonista, el agente 00 (Weng-Weng) que, con sus 83 centímetros de estatura, es un genio en artes marciales y un seductor de primera. El agente se da cuenta de que una mujer muy guapa está siendo encañonada y la salva en el último momento del francotirador. Eso crea un vínculo entre ellos y la joven le confiesa que conoció a una banda que se dedicaba a secuestrar y prostituir mujeres y que como a ella «no le interesó» (textual, LO JURO. Claro que sí, rica, porque todo el mundo sabe que los proxenetas te llaman al teléfono diciendo que tienen para ti una oferta de trabajo espectacular y basta contestar que no te interesa, como si te ofrecieran un Iphone por cambiar de compañía), pues claro, la persiguen para darle matarile por no dejarse. Más tarde resulta que el tipo secuestrado es inventor de una bomba atómica que iba a ceder al gobierno malayo y quienes le han secuestrado quieren la bomba para ellos solos. Pero ahí no acaba la cosa, que también hay mafia y traficantes de droga que pasan las bolsas de cocaína escondidas en panes de molde. Vamos, que llegó el guionista y dijo «tengo tantas buenas ideas que no sé cuál escoger… ¡pues las uso todas!»

                Coherencia narrativa, ya os prevengo que la cinta no tiene demasiada. Pies y cabeza, casi que tampoco. Y se supone que es una comedia, pero eso de la gracia… que tampoco se la encontré, ya veis.

Bruce Linito: agente 003 y 1/2

                Sólo hay algo peor que un drama que cae accidentalmente en el ridículo hasta provocar la risa: una comedia tan forzada que no produce la menor sonrisa. Se supone que la gracia radicaba en dos bazas: primero de todo en un agente secreto cuya estatura era radicalmente contraria a la de los galanes de Hollywood que acostumbrábamos a ver. Y ya. La única gracia que tiene el actor es que es bajito y vence a los más altos a base de patearles las rodillas, por lo demás el hombre tenía la misma expresividad que un queso de gruyere, que por lo menos finge abrir la boca. El segundo peso de la comicidad caía en unos malos muy torpes con frases del tipo «no sé jefe, es un misterio muy misterioso», pero como también eran igual de torpes en la actuación, pues lo único que consiguen arrancar del espectador es algún que otro bostezo.

                Siempre digo que el humor es tan personal como la ropa interior: tienes que usar la que se adapte a ti, cualquier intento de usar una que no te sea cómoda, sólo producirá irritación. Soy consciente de que en los años ochenta, cuando se rodó esta cinta, las cosas no eran como ahora, que el actor cobró su buena pasta y tuvo fama gracias a esta a otras películas similares… pero a mí, todo lo que sea reírse implícitamente de una persona -aunque sea el protagonista, aunque salga ganando-, reírse de un defecto físico como es el enanismo, a mí no me hace la menor gracia. Y podría pasarlo por alto (al fin y al cabo, Weng-Weng actuaba voluntariamente) si la cinta tuviera el más pequeño gag que me hubiera hecho sonreír, pero no lo tiene.

                Weng-Weng, actor y cantante, era realmente karateka y muy bueno. Su agilidad, aunada al récord que ostentaba como el actor más pequeño del mundo, le sirvieron para aparecer en un puñado de películas en las que parodiaba a James Bond durante la década de los ochenta. En su país de origen tuvieron un moderado éxito y a España llegaron sólo a rellenar las estanterías de los videoclubs como una curiosidad de escasa importancia. Mal montadas, con actores de tercera y sin un guión que las enlazase de forma coherente, hoy día siguen teniendo renombre entre los adoradores de la Serie B. Por desgracia para su protagonista, el éxito se marchó tan rápido como vino: después de menos de una docena de películas rodadas deprisa y corriendo en un puñado de años, su fama se esfumó, se dio al alcohol y falleció de un ataque cardiaco (un mal corriente entre las personas con enanismo) a la edad de 34 años.

Bruce Linito: agente 003 y 1/2


                Particularmente, la presente no es una cinta que vaya a recomendaros, salvo si la veis con amigos, cerveza y cachimba; así seguro que os reís un montón, pero de por sí, la peli tiene tirando a más bien poca gracia. Cinefiliabilidad 9, lo que significa que es notablemente aburrida y poco atractiva en ningún aspecto. Difícil de ver.

 

Título original: For your height only.

Nacionalidad: Filipina.

Director: Eddie Nicart.

Duración: 87 minutos.

Color.