Mirando unos videos de anime por YouTube, por casualidad vi un fragmento sobre la bomba atómica. Las escenas me impactaron y dije «tengo que ver esta cinta» ¿La obra? Hadashi no Gen, animación de 1983 basado en el manga de Keiji Nakazawa quien nació en Hiroshima y estuvo en la ciudad durante la explosión nuclear de 1945.

Gen, un pequeño de entre 8 a 10 años de edad, está acostumbrado a pasar penurias y no entiende lo que es la guerra. Sin embargo, su padre no deja de recalcar que el trabajo es lo importante, que el gobierno japonés está equivocado y la guerra ya la tiene perdida. Gen, en su inocencia, solo desea poder comer junto a su familia y que no le falte alimento a su madre, que espera la llegada de un nuevo miembro para la familia con su embarazo avanzado.

La familia completa la conforman el padre, la madre, Gen, su hermano menor Shinji y la hermana mayor Eiko. Pobres, pero con esperanzas de que mejore todo próximamente. El 6 de agosto de 1945, a las 08:15 un avión Boeing B-29 lanzaba sobre la ciudad a Little Boy, la primera de las bombas atómicas, cambiando el panorama de la sociedad y el curso de la Segunda Guerra Mundial. Un narrador omnipresente va contando lo que acontece tras la caída de Little Boy, y los hechos verídicos mientras Gen sigue en su odisea para salir adelante.


Sin entender qué es lo que ocurrió ahora el protagonista deberá madurar y hacerse cargo de lo que se avecina, con todo el terror, la incertidumbre y lo peor: llegar a su casa e intentar rescatar a sus seres queridos.

Los vecinos y conocidos de los protagonistas tienen sus propios dramas, y se desconoce el paradero de los que hacen aparición en el principio. Muchos ayudarán con lo que posean, será poco, pero la intención (y más en épocas de escasez) es bien recibida. La odisea por conseguir (en realidad robar del estanque) un pez en la casa de un supuesto «viejo cascarrabias» nos saca una sonrisa, viendo las intenciones del dúo de hermanos, el anciano recapitula y ve las buenas intenciones de los chiquillos.

Y llega lo que se espera, lo peor: la secuencia de la explosión atómica es lo que más resalta, terrible y muy cruda, nada de querer hacerla pasable para el espectador, a tal punto que no es nada recomendable verla con chicos menores cerca. Fuego, radiación, calcinamientos, los que murieron rápido serán los afortunados. La nube tóxica y las posteriores lluvias contaminadas no ayudarían a los sobrevivientes. Gente a quien se les desprenden los miembros, el dolor constante, la saturación del sistema sanitario y el tener que optar los médicos entre los que «pueden curarse» y los «futuros muertos», humanos que parecen zombis, personas que se arrojan a los ríos cercanos para mitigar las quemaduras (con posteriores ahogamientos), todo es desastre.

La radioactividad es algo atroz y las imágenes dan los síntomas de los soldados que tratan de paliar lo inevitable: indiferencia para no volverse locos pues hay que limpiar las zonas afectadas y se deben recoger cuerpos en descomposición para posteriormente quemarlos. A la vez Gen mantiene su espíritu de querer ayudar y desea comprender qué es lo que llevo a su país a tanto odio y dolor.


La cinta es antinacionalista casi desde los primeros minutos, un emblema de que la guerra es solo un capricho de gobernantes inoperantes que, por orgullo y fines egoístas, consiguen que toda una nación sea vilipendiada. El progenitor razona que cualquiera puede matar, pero lo valiente es no seguir la corriente, aunque te tilden de cobarde o traidor, y que es muy fácil mandar a luchar al pelotón cuando no está tu cuerpo en riesgo.

La personalidad del personaje principal es optimismo puro, mucha vitalidad y energía incluso en momentos de adversidad, llevándolo a enfrentar cualquier contrariedad que se tope en el camino. Eso no quita que tenga miedo y que se descargue con gritos en varias partes de la película.

Una segunda parte muestra a varios de los personajes presentes un par de años más adelante, y aunque la cinta es buena, no consigue el mismo efecto, aunque cambia algunos acontecimientos es bastante fiel a la historia.


«Hadashi no Gen (Gen el descalzo)» está basado en un manga del mismo nombre, a cargo de Keiji Nakazawa, quien anteriormente había ya narrado algunos sucesos del caos de la destrucción de la ciudad de Hiroshima.  Aquí plasmó sus recuerdos y lo que aconteció en su seno familiar es un calco. Ferviente antibelicista, nunca dudó en decir que la guerra era «una estupidez» y que no se arrepentiría jamás en sus palabras, incluso si era tildado de antinipón por personas que no experimentaron el olor a carne humana quemada. Más real, imposible. ¡Nos vemos en otro número!