«Komi-san wa, Komyushō desu. (古見さんは、コミュ症です。) es la adaptación al anime del manga homónimo, una comedia romántica que nos presenta a Shōko Komi, una chica súper popular gracias a su belleza, pero que guarda un secreto: debido a un problema de ansiedad social no puede hablar con la gente. El único que descubre esto, y por casualidad, es Hitohito Tadano, que intentará ayudarla a superar su problema y a conseguir su objetivo de tener 100 amigos.

Apartado técnico 

El estudio encargado de la adaptación del manga de Tomohito Oda es el estudio OLM, conocido, entre otras, por «Pokemon», ¡«Inazuma Eleven Go!» o «Yo-kai Watch». El director de la adaptación fue Ayumu Watanabe, mientras que el guion corrió a cargo de Deko Akao. Fue emitido por primera vez en Japón por la televisión TV Tokyo y licenciado por Netflix, donde se puede ver la primera temporada.

La adaptación al anime cuenta con un diseño de personajes, de Atsuko Nakajima, bastante parecido al manga, con en un aspecto agradable y fluido, aunque no destaca en nada especial, siendo simplemente correcta.

La segunda temporada se estrenará en abril del 2022 y contará, muy probablemente, con emisión semanal en Netflix, como ya se hizo en su momento con la primera temporada.

OST 


La banda sonora del anime corre a cargo de Yukari Hashimoto («March comes like a Lion», «Sleepy Princess in demon castle») y tiene como opening a «Cinderella» por Cidergirl, y de ending a «Hikareinoichi», de Kitoi.

Dentro de los seiyūs tenemos la voz de Aoi Koga (en «Horimiya» como Yūna Okuyama, o como Mikako en «Fire Force») en el papel de la protagonista, Shōko Komi; Gakuto Kajiwara (en «Black Clover» como Asta o en «Rent-a-Girlfriend» como Shun Kuribayashi), encarnando al protagonista masculino Hitohito Tadano; y a Rie Murakawa (Ageda en «Rin-ne» o Yui Kurata en «Trinity Seven») como Najini Osana, cerrando así el trío de personajes principales.

Opinión




Reconozco que me costó ver la serie. Me la puse porque en la librería en la que trabajo el manga se vendía como churros y despertó mi curiosidad, así que cuando me saltó en Netflix la vi. La premisa inicial me recordó a una comedía romántica estudiantil, así que, después de una campaña de navidad arrolladora, pensé «algo ligerito para ver, esto parece estupendo, justo lo que mi cabeza necesita ahora». Pero cinco minutos más tarde, me veo sentada delante del ordenador y gritándole a la pantalla, no por estrés laboral, sino por la mala leche que me estaba entrando, en plan: «¡Qué esta chica tiene un problema!, ¿es que nadie va a decirle que consiga ayuda profesional?». Ya os adelanto que no. Querida Komi, hay psicólogos muy buenos que te pueden ayudar con tu problema de ansiedad social, ve, por favor.

Después de superar ese punto que no dejaba de chirriarme la cosa tampoco mejoró. Hay algún que otro personaje secundario bastante turbi-tóxico, pero del estilo ya de ir secuestrando al protagonista y casi asesinándolo… ¿por las risas? A mi ninguna, la verdad. Y así, con alguna cosa más que iba rozando el acoso sexual a Komi, y con alguna que otra «red flag» levantándose por ahí, el anime se deja ver, aunque no deja de sorprenderme el éxito que tiene.

Este anime, desde mi opinión, es que tiene que tomarse como una comedia, nunca, nunca, nunca como un ejemplo, por favor, porque no tiene comportamientos para nada normales. Y, sobre todo, si tenéis un problema igual de grave que el de Komi, id a especialistas que os traten.