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¿QuĆ© sucede con los hĆ©roes cuando pasan la edad de serlo? Todos conocemos a Superman, Batman y un largo etcĆ©tera en la flor de sus vidas, siempre en forma, siempre fuertes y duros, pero ¿quĆ© sucede con ellos cuando van cogiendo aƱos, dĆ³nde pasarĆ­an su retiro… si es que alguna vez llegasen a retirarse? De esta premisa parte El Puritano, la revisiĆ³n del personaje de Solomon Kane llevada a cabo por El Torres, Jaime Infante y Manoli MartĆ­nez y que ya os anticipo que me ha gustado muchĆ­simo.

Solomon Kane, nuestro protagonista, es ya un anciano, viudo y solitario que vive en las afueras de una aldea de puritanos en torno al siglo XVII. Sin embargo, pese a haber perdido a su mujer y carecer de amigos humanos, no estĆ” solo. Tiene junto a Ć©l a N’Longa, y tras Ć©l a muchas criaturas (una LegiĆ³n, de hecho, si me permitĆ­s el chiste) que ansĆ­an dar con Ć©l y cobrarse venganza. Kane estĆ” prĆ”cticamente retirado de la caza de demonios y criaturas de la noche, no obstante, una joven de la aldea se verĆ” seducida por una antigua amiga con la que mantenĆ­a una relaciĆ³n ilĆ­cita y ambas decidirĆ”n robar el bastĆ³n yuyu del anciano, convencidas de que asĆ­ las recibirĆ”n como heroĆ­nas en la aldea. Ese accidente obligarĆ” a Kane a volver a la lucha, ademĆ”s de que pondrĆ” en el punto de mira a la propia joven y a su aldea, provocando que ella misma corra grave peligro cuando se presente allĆ­, para juzgarla por brujerĆ­a, el magistrado Cotton (cuyo rostro es un homenaje al gran Peter Cushing, famoso actor de cine de terror de los sesenta y setenta, quien, junto a Christopher Lee y Vincent Price formaron el trĆ­o de ases del terror de las citadas dĆ©cadas. Si con eso no os suena, os dirĆ© que tambiĆ©n encarnĆ³ a Gran Moff Tarkin en La guerra de las galaxias, el que ordenĆ³ la destrucciĆ³n de AlderaĆ”n).
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El puritanismo en NorteamĆ©rica consistiĆ³ en una corriente religiosa extremista que, ademĆ”s de rechazar el acercamiento que habĆ­a tenido el protestantismo inglĆ©s al catolicismo, rechazĆ³ tambiĆ©n gran parte de las reformas religiosas. BasĆ”ndose en la doctrina protestante, que abomina de las imĆ”genes, rechaza la autoridad del Papa y considera al hombre como algo absolutamente impuro, depravado y que necesita a Dios para todo, el puritanismo se plegĆ³ a esas ideas y las elevĆ³; ni obispos ni aĆŗn sacerdotes tenĆ­an autoridad mĆ”s que para los sermones puesto que no eran mejores que ningĆŗn hombre, la inmoralidad del hombre era absoluta y la de la mujer mĆ”s aĆŗn, era muy fĆ”cil desviarse por el camino del pecado, la prĆ”ctica totalidad de los placeres estaban mal vistos o directamente prohibidos. Los juegos de cartas eran pecado, los bailes mixtos estaban prohibidos porque incitaban a la fornicaciĆ³n y hasta inventar historias y contar cuentos se podĆ­a considerar pecado, lo Ćŗnico que debĆ­as leer era la Biblia (o textos acadĆ©micos. No olvidemos tampoco que fueron los puritanos quienes fundaron la universidad de Harvard y, aunque la rama de mayor peso fuera la TeologĆ­a, al CĆ©sar lo que es del CĆ©sar).

En este clima en el que se vivĆ­a casi solo para trabajar y los placeres estaban muy mediditos, el simple hecho de tener un gato podĆ­a convertirle a uno en sospechoso de brujerĆ­a o, cuando menos, en un miembro poco fiable de la comunidad. Las envidias y maledicencias eran comunes y, aunque es cierto que los juicios de brujerĆ­a fueron mĆ”s comunes en Europa, tambiĆ©n se dieron graves acusaciones en NorteamĆ©rica que llevaron a la tortura, el exilio o la muerte a los acusados. En aquella Ć©poca se creĆ­a firmemente en la existencia del Maligno y de sus fuerzas oscuras, siempre dispuestos a tentar y obtener entre los humanos nuevos reclutas para sus filas. En ese aspecto no se tenĆ­a compasiĆ³n de mujeres, ancianos o niƱos pequeƱos, porque el diablo era astuto, sabĆ­a tomar formas inocentes que movieran a la piedad… En El Puritano encontramos esta sociedad perfectamente reflejada en su clima de prohibiciĆ³n, cautela y terror. Sin embargo, Kane, pese a saber y conocer fehacientemente la existencia de las fuerzas oscuras, es uno de los personajes mĆ”s reflexivos de la obra. No actĆŗa de forma impulsiva, no prejuzga ni se cree superior a aquellos con quienes comparte el mundo, antes al contrario piensa, se compadece y ayuda. Aunque cuando tiene que pelear, mĆ”s te vale no ponerte delante de Ć©l; la piedad no es un rasgo que ejerza con aquel que decide incordiarle.
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Solomon Kane fue un personaje creado por Robert E. Howard, el autor asimismo de Conan, para la revista Weird Tales, cuya primera apariciĆ³n data de 1928. Todos los detalles que constaban en las historias originales podemos verlos en el cĆ³mic actual, que es un maravilloso y respetuoso homenajes a las mismas.

El puritano es sĆ³lo una parte de una trilogĆ­a de los mismos autores, trilogĆ­a que pienso buscar y leer, amĆ©n de que os la recomiendo de todo corazĆ³n, porque ya os digo que es una obra sĆ³lida en guiĆ³n, atractiva en su historia, de bello trazo y con escenas de acciĆ³n tĆ©tricas y violentas para no dejar indiferente a nadie. Una novela grĆ”fica que promete y cumple al mismo tiempo, que nos regala un personaje extraordinario con un pasado convincente, que sabe mezclar las escenas reflexivas con las de lucha con gran acierto, plenas de justicia poĆ©tica, de buen sabor de boca para el lector.
El excelente trabajo del dibujante Jaime Infante unido al color de Manoli Martƭnez logran dar mucha vida a las escenas, especialmente las violentas. No dejƩis de admirar a ese inquisidor tuerto. No spoilers.
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