El
tipo de confección podía tardar desde pocas semanas hasta meses, basándose y
dependiendo de los materiales: cotas livianas o de estructuras pesadas, placas
de madera, cuero, metal, mallas y un sinfín de posibilidades que dependían de
la altura del portador y su estilo de pelea. Asimismo los colores y dibujos
hechos en seda podían caracterizarse por ser únicos y exigían un cuidado
artesanal para lograr realismo, todo un arte.
Se
dice que el armazón ideal es el que oscilaba entre los 15 a 20 kilogramos, pues
optimizaba el peso y no se perdía agilidad en el combate, aunque se concibieron
desde los 10 hasta los 45 Kg, y dando amplia cobertura de protección a su
usuario: pecho, cintura, piernas, hombros, rodillas y antebrazos estaban
cubiertos y daban seguridad.
Pero
el blindaje no finalizaba sólo allí: guantes Kote ayudaban por su fuerte construcción en acero y lo más
impactante, la máscara Mengu (con
figuras de onis y otros demonios) que
de cerca paralizaban al que no estuviera preparado, tiempo suficiente para que
esos segundos fueran aprovechados por el samurái y despachara a su enemigo.
Aun
así, todo esto no servía de nada si quien la portaba no estaba catalogado como
un verdadero hombre de combate. Un samurái respetable tenía que acondicionar su
cuerpo y mente para lograr acceder a esta protección divina.
¿Cuál era la vestimenta en tiempos en los que no se estaba luchando? Lo tradicional para un samurái era sobresalir por su clase social y sólo ellos podían usar un «hakama» compuesto por un pantalón ancho con varios pliegues, y una chaqueta-kimono. Asimismo el calzado se denominó «tsuranuki», zapatos cortos de cuero y piel de oso simbolizando la ferocidad, la fuerza y el valor intrínsecos de esa persona.
Armamento
Los
altos niveles de belicismo de las diferentes épocas hicieron que los ejércitos
tuvieran variadas formas de ataque, cada estrategia supuso un arma acorde al
lugar o cantidad de enemigos y, aunque la cultura japonesa popularizó a la
katana como la identidad característica del samurái, estos guerreros dominaron
una gran cantidad de armas, principalmente el arco japonés llamado yumi.
Expertos
en largo alcance, para la lucha cercana empleaban desde el pesado tahi (con las dos manos), hasta el wakizahi, de tamaño medio.
La naginata es el arma más conocida en los
relatos samuráis, de borde curvado montado sobre un mango de madera,
increíblemente flexible y letal, pudiéndose golpear o cortar al rival. Los
sacerdotes sōhei eran famosos por el
nivel de especialización que lograban al emplearlos.
Y finalmente la katana, espada que dominaba el luchador y que era una alternativa más elegante y compacta del tachi. Al ser su desenvaine muy rápido tenían una gran ventaja en la batalla. Idealmente, el atacante podía sacar la espada y acabar toda pelea con un solo movimiento (si, como en muchas series anime). Su hoja medía aproximadamente entre 65 a 73 cm y eran acompañadas por una espada más pequeña llamada daisho, sólo usada por esta casta guerrera, y que marcaba el honor personal.
Eran
obras forjadas por artesanos y debían ser mantenidas en buen estado mediante
aceites, hojas de papel de arroz y martillo de metal para mantener las
características iniciales. Finalmente se pulían con paños suaves y se quitaban
rastros de grasa o polvo, así el acero no se quebraba o perdía forma.
También
era lógico pensar que se iba siempre de frente, pero muchos escritos de grandes
guerras en campos y poblados dan la garantía de que existieron desde siempre
conquistas de territorios y feudos orquestadas por la sorpresa: la oscuridad de
la noche hacía que la batalla fuera más rápida y letal, pues desestabilizaba
psicológicamente al atacado que no estaba preparado, pero debía tenerse cuidado
en no exponer a la muerte las personas civiles para, en el futuro, no recibir
represalias de los campesinos. Esto era una norma máxima, ya que muertes
innecesarias no eran toleradas en las localidades, que aceptaban cambiar de
jefes y pequeños dictadores mientras no masacraran a parientes, algo totalmente
lógico.
En
Occidente son más conocidos por la Era del Shogunato
Tokugawa y la posterior Restauración Meiji, sin embargo esta casta de
guerreros se consolidó fuertemente desde el siglo XI. Saigō Takamori es
considerado el verdadero último samurái, quien murió en la Rebelión de Satsuma
en Septiembre de 1877, última revuelta efectuada once años después del inicio
de la Era Meiji.
www.revistadeartes.com.ar/revistadeartes%207/japon.html
https://www.yoroikabuto.com/samurai/history/index.html
http://www.clubyamagata.com/blog/japon-samurai-indumentaria/
Wikipedia,
varios
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