La convivencia entre humanos y monstruos es un tema recurrente. Que si
vampiros que echan de menos ser humanos como en la saga de Crepúsculo, que si escuelas especiales de monstruos como en Rosario+Vampire, el caso es que nos
atraen y querríamos convivir con ellos. Los yōkai no son una excepción, su naturaleza sobrenatural nos arrastra
a su existencia y forma de vida.
Bem tiene la apariencia de un hombre joven, pero luce una melena canosa.
Bela es una joven y dicharachera mujer. Belo es un niño. A primera vista, normales, pero bajo la ropa
esconden cuernos o escamas. Los tres nacieron de probetas y buscan
autocompletarse; aman la paz, ya que cuando pierden el control muestran su
forma no humana, con lo cual son temidos por los humanos. Se hacen pasar por
una familia normal y la aparición del detective Natsume, que investiga
precisamente casos relacionados con monstruos, les hace anhelar ser humanos.
Yōkai Ningen BEM está basado en el anime del mismo nombre que tiene
dos adaptaciones, una de 1968 y otra de 2006. El dorama se emitió entre octubre
y diciembre de 2011.
Kamenashi Kazuya
es BEM. Inició su carrera en 1999 con el drama 3 nen B gumi Kinpachi sensei 5. Su
personaje es el líder del grupo y quizás el que más sufre por su condición.
Watanabe Anne es Bela. Debutó en el drama Tengoku
to Jigoku en 2007. A pesar de que siente la repulsa que causa en los seres
humanos, es la primera en intentar ayudarlos. Suzuki Fuko es Belo. Se estrenó
como actor a la tierna edad de cuatro años en la serie Sasaki Fusai no Jingi Naki Tatakai en 2008 y tenía siete cuando protagonizó el que nos ocupa. Su
personaje es el de un adulto atrapado en el cuerpo de un niño, pero tiene
muchas salidas infantiles. Kitamura Kazuki es el detective Natsume. Inició su
carrera en 1998 con el drama Kiseki no
Ito. Su personaje está entrenado para lidiar con todo tipo de monstruos,
pero la cercanía con el trío protagonista desvela otro tipo de sentimientos.
Hay algún momento en la historia en que tanto Bem como Bela dudan si
seguir ayudando a los humanos que les desprecian, o unirse a los terroríficos yōkai con los que comparten muchas más
similitudes, aunque por eso está ahí Natsume, para recordarles lo «maravillosos»
que son los seres humanos y la cantidad de sentimientos que transmiten, a
diferencia de los monstruos.
Es una serie que ha envejecido bien, todo y que la esencia del anime se
pierda bastante. Solo hay que fijarse en el personaje principal, Bem, tocado
para lucimiento del modelo y actor del momento, Kamenashi Kazuya y donde
encontramos a faltar esos enfrentamientos épicos entre monstruos ya que, en
este caso, parecen una pasarela donde ver brillar al modelo.
Yo lo he visto como una fusión muy influenciada por las enseñanzas
Disney: «La belleza está en el interior» (La
Bella y la Bestia) o «algún día seremos humanos de verdad» (Pinocho) me viene a la cabeza (y a
vosotros también). Me ha faltado que despierten a Bella con un beso… Esperad…
Pero tiene una buena moraleja: el
trío refleja la minoría, la parte desfavorecida de la sociedad, el miedo a lo
desconocido y cómo los humanos muestran su hipocresía. Los aceptan en su forma
humana, pero cuando se transforman (aunque sea para ayudarles), los detestan. Nuestros
protagonistas tienen la opción de convertirse en humanos, pero deberían aceptar
el mal. Todo lo que han querido siempre va contra sus principios. Dura
elección.
La famosa batalla del bien contra el mal en la que, para un final feliz,
debe ganar el bien. ¿pero qué es el bien y qué es el mal? Depende del prisma
con el que se mire.
Es una serie corta de 10 episodios que, a pesar del título, se carga la
finalidad de la historia. Eso sí, los protagonistas, muy guapos.
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