Rituales japoneses propios de la infancia



La sociedad japonesa, como muchas otras, tiene varios rituales asociados al ciclo vital, en donde tienen una particular importancia los de la infancia. Veamos aquí unos cuantos asociados a cada período del crecimiento de una persona.

El nacimiento

En el regreso al hogar tras el ingreso en el hospital suele realizarse una pequeña ceremonia, en la que se escribe el nombre del niño o niña y se cuelga en el butsudan u otro lugar destacado de la casa. Los miembros más cercanos de la familia, donde se incluyen los abuelos tanto paternos como maternos, se reúnen para celebrar la llegada del nuevo miembro compartiendo una taza de sake. A esta ceremonia se la suele denominar «la celebración de la séptima noche», aunque no siempre se celebre ese día.

En algunas zonas de Japón, a la madre y al bebé se les considera «contaminados», dentro del concepto sintoísta de la contaminación, por lo que ninguno de los dos deberá visitar un santuario shintō hasta que no finalice un período entre 30-33 días. Durante este tiempo, la madre debe guardar reposo completo, más o menos coincidiendo en tiempo con nuestra «cuarentena». Cuando finaliza este período, tanto madre como hijo realizan la primera visita del bebé a un santuario sintoísta. 

Durante el primer año de vida

La primera celebración del Día de las niñas (3 de marzo) y el Día de los niños (5 de mayo) tiene especial importancia dentro de la familia, ya que aparte de las celebraciones, que luego explicaremos de forma breve, se suele vestir formalmente al pequeño y presentarlo de forma oficial a la familia, reunida para comer y beber en honor al nuevo miembro.

Muñecas tradicionales del «Hinamatsuri».

En el hinamatsuri, o Día de las niñas, se montan en hileras una serie de muñecas que representan la corte Heian junto a una serie de accesorios como palanquines, vajillas o regalos nupciales. A través de este despliegue, reforzado por historias que se cuentan alrededor de estos personajes, se tratan temas familiares unidos al legado común y marcan como uno de los objetivos, asociado de forma especial a las niñas, el matrimonio.

Tradicionalmente, el 5 de mayo se celebra el Día del niño, o Kodomo no Ji, donde se suele colgar una carpa por cada hijo (varón) de la casa. El cambio para que se celebre en honor de todos los niños, sin importar sexo, se decretó por el gobierno japonés en 1948.

Banderolas «koinobori» ondeando.

Esta fecha se celebra colgando la bandera koinobori en el exterior y con una armadura de combate en el interior o muñecos, en representación de héroes feroces. La carpa simboliza el coraje frente a la adversidad, ya que es un pez que nada contra corriente. Antiguamente, esta se consideraba una cualidad exclusiva para el varón, aunque ahora esto ha cambiado y se atribuye a ambos sexos como una cualidad para cultivar.

Cien días después del nacimiento del pequeño se celebra un pequeño ritual asociado a la «primera comida» del bebé, y a veces, en el primer cumpleaños se celebra un ritual asociado a los primeros pasos del niño. 

Shichi-go-san




El 15 de noviembre, los niños de tres, cinco y siete años se visten con trajes tradicionales japoneses formales y visitan un santuario sintoísta para participar en un ritual que les traerá buena fortuna y protección. En muchas ocasiones, se aprovecha esta ocasión para celebrar una fiesta donde el pequeño recibirá obsequios de parte de los familiares y, dependiendo de la zona, también de los vecinos. Es momento para exhibir las mejores galas, especialmente en el caso de las niñas y, dependiendo de la edad del pequeño, se realizará uno u otro ritual, como el hakamagi, donde los niños de cinco años visten por primera vez la hakama, o el obitoki, donde las niñas de siete años cambian el obi de su kimono infantil por uno más ancho. 

Bibliografía

 

Hendry, Joy : Para entender la sociedad japonesa. Ediciones Bellaterra, Barcelona, 2018.

Wikipedia

                Shichi-go-san: https://es.wikipedia.org/wiki/Shichi-Go-San (consultada el 5/11/2020)