«Diría que no es tanto acerca de
terminar o completar un proyecto sino más bien el resultado de la pasión que se
estrella contra las concesiones y la resignación».
Y
esto, queridos futuros (o actuales) artistas y creadores, imprimidlo,
¡enmarcadlo y colgadlo en un lugar bien visible y recordadlo como una de las
lecciones más sabias acerca de la producción creativa que Keep Your Hands off
Eizouken! tiene para ofrecernos. El
contexto consiste en tres estudiantes de bachillerato que unen sus respectivos
talentos para crear un nuevo club dedicado a la animación: Asakusa en la
posición de ilustradora, directora y conceptualista, Mizusaki como diseñadora
de personajes y animadora y, por último, pero no menos importante, Kanamori al
mando de la producción, publicidad y la voz del sentido común ante el alocado
idealismo de las otras dos. A lo largo de 12 episodios, seremos partícipes de
las aventuras y desventuras del trío mientras navegan por los laberintos
burocráticos escolares y su lucha por sacar a flote cada uno de sus proyectos a
la vez que se ven obligadas a seguir desarrollando sus habilidades con cada
paso.
Aunque
el formato «Anime (o manga) dentro de otro anime» no es una novedad (Shirobako, Bakuman, etc), la historia y el magistral estilo de Yuasa y Science
Saru proporciona una ventana única y refrescante al proceso de dar forma a ese
universo paralelo que ya existe dentro de la cabeza de los creadores. Los
lugares cotidianos como la escuela, la propia vivienda o los barrios de los
alrededores constituyen un lienzo en blanco donde presenciamos una fluida
transición entre la realidad y la fantasía como metáfora de la visualización de
la historia. Los conceptos y los personajes cobran vida alrededor de las
protagonistas a través de vibrantes sketches
que parecen salidos de las mejores simulaciones de realidad virtual jamás
vistas. Es una delicia para los espectadores vernos sumergidos en cada
escenario de la forma e intensidad con el que sus creadoras lo están viviendo.
El
amor por la profesión se hace patente en cada plano de una manera que se puede
entender casi autobiográfica. El autor original del manga, Sumito Owara,
también plasma con cruel realismo toda una serie de dificultades de ese mundo
sin dejar de lado la absoluta certeza de que todo ello sigue valiendo la pena
el sacrificio por seguir el rico mundo interior de los creadores. De esta
manera, el generoso festín de imaginación y comedia también se da de bruces con
las crudas cifras que pueblan las miserias del medio a las que nuestro trío de
heroínas se enfrenta desde el principio.
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Imagen del anime «Keep your hands off Eizouken!» |
Paradójicamente,
se puede decir a la vez que vivimos tiempos inmejorables y terribles para el
mundo de la animación. Nunca antes había existido tal número de plataformas de
reproducción ni la capacidad tecnológica para la producción de contenido y su
difusión inmediata a una audiencia global. En paralelo, esta expansión no se
traduce en mejores condiciones para sus artífices: infinitas horas de trabajo
mal pagadas, márgenes de risa (cuando no hablamos directamente de pérdidas
económicas) y fechas de entrega incompatibles con el tiempo que requiere un
trabajo de calidad. El toque realista de la frase citada al principio se hace
presente en las constantes tensiones entre lo que quieren hacer, cómo lo
quieren hacer y qué es lo que finalmente pueden hacer.
¿Cuál
es el precio de tus sueños? El expresionismo catártico de Yuasa nos pone a
todos frente a un incómodo espejo en el que presenciamos un juego de
equilibrismo en la cuerda floja, mientras se hacen malabares con los recursos
disponibles para (intentar) lograr un producto más o menos satisfactorio. Owara
y Science Saru tienen claro que sigue valiendo la pena.
Ficha Técnica
Nombre Original: Eizōken ni wa Te
o Dasu na!
Director: Masaaki Yuasa
Estudio: Science Saru
Año: 2020
Género: Seinen
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