Tras tener los datos oficiales de asistencia, ya podemos afirmar que si 150mil personas pasaron por el XXIV Salón del Manga, es que algo están haciendo bien.

Agotadas las entradas para los 4 días, lo nunca visto.

La ampliación de contenidos, la distribución de las actividades y stands y una organización casi de 10, hicieron de esta edición la mejor hasta la fecha.

Desde la apertura de puertas el 1 de noviembre hasta el cierre el domingo 4, fue un no parar de afluencia; eso sí, el DÍA con mayúsculas siempre es el sábado.

Unos invitados de lo más carismático: Masaki Satô (que amplió horarios para dejar al mínimo de personas sin firma), Eiki Eiki y Taishi Zaou (siempre buscando un hueco para atender a todo el que se lo pedía), Paru Itagaki (una mangaka como la copa de un pino que hizo nuestras delicias al aparecer con una cabeza de pollo para preservar su intimidad), Nagabe (espectacular su encuentro con un cosplayer del doctor de su obra), Akira Himekawa (Link y Zelda más vivos que nunca. Amables hasta la extenuación), Daisuke Hagiwara (profesional a la que no le costó que no fotografiáramos. Su trabajo no es su imagen), Nana Kitade (el escenario vibró con su Kesenai Tsumi), Emika Kamieda (como ser una ídol y no morir en el intento),Takashi Hatsushiba (hizo suyo el escenario a ritmo de rock), Junnyan (la moda y los colores no tiene secretos para él), Elsa Brants (viendo la cola para las firmas, empezaba para no defraudar. Lo consiguió).

El gran premio de cosplay y las ídols hicieron que el escenario de la plaza Univers estuviera llena los 4 días, un contenido que gusta y sin duda hay que repetir.

Me gustaría hacer un pequeño inciso en un par de cosas: la primera, que no estuviera el horario de las charlas en la revista, íbamos a salto de mata para enterarnos. La segunda, que hubiera librerías/grandes superficies con reclamos de los que carecían las librerías más pequeñas; un rasero distinto y finalmente, declarar desierto el concurso de manga que organiza Norma Editorial sin demasiadas aclaraciones y finalmente... La entrega de premios al mediodía del viernes ( mala hora).

Desde aquí alabamos la labor de la organización, les animamos a seguir incluyendo charlas que creemos son necesarias y chapeau con la distribución, ya que una fuente de chocolate al lado de un stand de cómics, como que no. Reubicar merchandising (junto a exposición de kimonos y talleres de sumi-e, charlas sobre cómo ponerse un kimono o cómo ser una ídol) por un lado, stands y editoriales por otro (y por fin los fanzines donde deben estar), la oferta gastronómica en otro (no hacía falta salir a comer: había de todo), la fantástica exposición Lenguaje, Objetos y Bestias (con 130 originales. Espectacular) y todo lo relacionado con confección y arte de cosplay, talleres de animación y demás, en otro lado.

Esta es la crónica más fácil que he escrito. Muy contenta y deseando repetir; un evento lleno de contenidos cuyo nexo común es la cultura oriental desde la comida hasta la ropa, pasando por la música y obviamente, el manga/anime.

Dejo la zona infantil para el final pero no menos importante. Perfectamente integrada y con variedad de actividades que hicieron que las familias se decidieran a pasar allí el día.

El año que viene es el 25º aniversario. Número redondo e importante. Sabemos que se superarán. Y allí estaremos.

Os dejamos la galería con las mejores imágenes del evento y las de cosplayers, podéis verlas en nuestro Instagram: