A mediados de la década de los 60, Tokio sufre una explosión demogrÔfica que deriva en una expansión sin precedentes de la construcción de viviendas en sus alrededores, para atender a la creciente demanda poblacional. A lo largo de los años siguientes, el verde de las montañas y los prados es sustituido de forma paulatina e inexorable por el gris del cemento. A su vez, aumentan los estragos a la fauna local, que ve cómo su hÔbitat va desapareciendo. Fiel a su temÔtica habitual sobre la lucha entre el hombre y la naturaleza, Ghibli pone al espectador en la piel de los sufridos tanuki que, ante la destrucción de su hogar, deciden ponerse en pie de guerra para intentar recuperarlo.
AdemĆ”s del obvio alegato ecologista, Pom Poko tambiĆ©n es una aproximación a un interesante elemento de la cultura popular japonesa. El tanuki es un perro mapache (a menudo traducido erróneamente como ‘mapache’ debido a su gran similitud), una especie originaria del Asia Oriental y con una fuerte presencia en el folclore nipón, el cual le atribuye un carĆ”cter travieso y afable, ademĆ”s de poderes mĆ”gicos que le permiten transformarse en cualquier otra criatura u objeto para divertirse, o tomarle el pelo a los seres humanos. Un aspecto que a menudo es considerado algo desconcertante para las audiencias occidentales, es la desproporcionada representación de sus testĆculos en relatos o ilustraciones antiguas, que lo mismo usan como proyectiles gigantes para atacar a sus enemigos, que como sacos o mantas para cubrirse a sĆ mismos. Ghibli no es una excepción y no pierde la oportunidad de aprovechar el potencial dramĆ”tico y humorĆstico de dicha singularidad.
Haciendo uso de sus habilidades adaptativas, los tanuki se ponen manos a la obra para ocasionar sabotajes en la construcción y ahuyentar a los trabajadores con toda clase de estrategias, desde hacerse pasar por monstruos o fantasmas (la galerĆa de ocurrencias cubre prĆ”cticamente por completo el catĆ”logo de criaturas sobrenaturales japonesas) hasta ocasionar accidentes mortales que hagan desistir a los humanos de su empeƱo constructor. De forma inusual a la que Takahata nos tiene acostumbrados, este conflicto parece estar representado de forma ligera y jocosa, alternando por momentos la narración en formato documental y el estilo de una tira cómica. Lejos de despistar, el director se sirve de la complicidad del espectador para forjar el dramatismo de la historia: sabemos que hoy en dĆa Tokio es una de las mĆ”s impresionantes megalópolis del mundo. Sabemos por lo tanto que la heroica gesta de nuestros protagonistas estĆ” abocada al fracaso y no podemos hacer nada mĆ”s que compartir su pesar al verles ser derrotados una y otra vez despuĆ©s de cada operación que, como mucho, logra retrasar un poco lo inevitable.
De esta forma, la atmósfera alegre y caricaturesca va adquiriendo de forma progresiva un tono mĆ”s triste en la medida que avanza la trama y retrocede el hĆ”bitat natural. Y es que no serĆa una pelĆcula de Takahata si no se las ingeniara para incomodar al personal sin necesidad de recurrir a la provocación explĆcita. El espectador se ve en la tesitura de empatizar con trĆ”gicos hĆ©roes para los cuales la humanidad es su mayor antagonista: los villanos de la historia somos nosotros. Y como villanos que somos, podemos llegar a entender que estas pobres criaturas no duden en acudir a la violencia y el terrorismo para lograr combatirnos y en Ćŗltima instancia, erradicarnos. Sin embargo esto no debe ser comprendido como un tic misantrópico por parte del veterano director sino como un merecido tirón de orejas a nuestra consciencia colectiva.
Ficha TƩcnica
Nombre Original: Heisei Tanuki Gassen Ponpoko
Director: Isao Takahata
Estudio: Ghibli
AƱo: 1994
GƩnero: Drama
CategorĆa: Para todos los pĆŗblicos
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