En nuestra Ć©poca actual, si un detective o policĆ­a desea saber si el seƱor X viajaba en un avión en concreto, le basta con llamar a la compaƱƭa y allĆ­ se lo dirĆ”n en unos momentos. Si quiere saber a quĆ© hora sale un tren determinado, es suficiente con mirarlo en internet, en segundos tendrĆ” la hora exacta. Incluso si quiere saber quĆ© tiempo se tarda en desplazarse caminando de un punto a otro, tambiĆ©n desde internet puede saberlo en los pocos segundos que tarde en hacer la consulta. Pero hubo un tiempo, no tan lejano en tĆ©rminos relativos, en el que todo esto exigĆ­a mucho mĆ”s trabajo, y debĆ­a realizarse manualmente. En la novela que nos ocupa, El expreso de Tokio, la acción se sitĆŗa en el aƱo 1957, momento en el que toda esa investigación, esas comprobaciones “de fondo” que hoy dĆ­a ocupan segundos, allĆ­ ocupaban la mayor parte del tiempo, y no eran en absoluto comprobaciones “de fondo”, sino por completo principales.

En la rocosa y Ć”rida playa de Kyushu son encontrados los cuerpos sin vida de una pareja. Ella era camarera; Ć©l, un oscuro funcionario implicado en una trama de corrupción. Lo que en un principio parecĆ­a un simple suicidio sentimental, debido a ciertos detalles, no termina de encajar como tal. El maduro policĆ­a Juntaro Torigai se da cuenta de que la pareja no viajó junta todo el tiempo, y Ć©l comió solo, sin que ella le acompaƱase para nada. Tal actitud le choca en una pareja que supuestamente se dirige a suicidarse por amor, y comunica sus sospechas al detective Mihara de la policĆ­a de Tokio. Ɖste, viendo base para sospechar, empieza a indagar. Lentamente.

Seicho Matsumoto (1909-1992) nació en una época en la que eso de estudiar, quedaba para los ricos que pudieran permitírselo; él completó los estudios elementales y hubo de ponerse a trabajar para que, poco mÔs tarde, su trabajo fuera interrumpido por la Segunda Guerra Mundial. Fue durante ésta época que empezó a plasmar sus ideas y vivencias por escrito, apoyÔndose para ello en los innumerables textos que había devorado desde su adolescencia. Finalizada la contienda, empezó a trabajar como periodista y publicó su primera novela, si bien no sería hasta la segunda, Kokura Nikki (The legend of the Kokura diary, no traducida al castellano) que empezó a conocer el éxito como novelista y pudo dedicarse plenamente a ello.

Como periodista que era, su estilo es directo y conciso, dando al lector la mayor cantidad de información posible en frases cortas y siempre concretas, huyendo de metĆ”foras o circunloquios. A diferencia de otros autores, en los que suelen presentarnos una o varias subtramas en la novela negra, Matsumoto nos habla de la investigación y sólo de la investigación; sabemos poco o nada acerca de la vida privada de los detectives, o sus problemas personales. Tampoco vemos al antagonista mĆ”s que cuando el detective habla con Ć©l, no existe ninguna trama secundaria. En lugar de ello, vemos la investigación cuidada detalle a detalle. Cada paso que el investigador da, cada puzzle que resuelve, cada deducción que hace, nos son presentadas al milĆ­metro, casi mĆ”s como un “cuaderno de campo” que como una novela en sĆ­, si bien la narración es exhaustiva y no se pierde en ningĆŗn momento.

Este estilo narrativo hace que a veces, sin perder interés, la obra se haga un poco Ôrida, debido a que se trata igual que una noticia, con datos exactos que permiten la aproximación a la deducción y que nos dejan trabajar codo con codo junto al detective. Es así una novela poco al uso, puesto que no existe ningún tipo de alivio cómico ni secundario, y porque vemos que el trabajo policial no estÔ basado en la acción, ni los investigadores son inteligentísimos que descubren al culpable en pocos segundos sólo mirando qué tipo de cigarrillos fuma. En la novela que nos ocupa, los detectives son mÔs bien al estilo de Colombo: se dan cuenta de que hay algo que no encaja, empiezan a tirar de ese hilo, y comprueban las coartadas. Y si para comprobar una coartada han de tirarse día y medio mirando una lista de personas y hablando con ellas una por una, lo harÔn.

A pesar de empezar a publicar sus novelas entrado ya en los cuarenta, no por ello Seicho Matsumoto nos dejó poco legado; fue un escritor muy prolífico que nos dejó mÔs de cuarenta novelas, amén de obras de investigación histórica y relatos cortos; algunas de sus obras han sido llevadas al cine y se le sigue considerando un referente y uno de los mayores autores de novela negra en oriente.

Ficha TƩcnica


Autor: Seicho Matsumoto
Editorial: Libros del Asteroide, 2015
216 pƔginas.
ISBN:9788416213108
Precio: 17,95€