-¡EscuadrĆ³n de Cascajos! - nos grita Mahogany, parapetado tras uno de los cipreses del bosquecito - ¡Os hablan los Grandotes! ¡Sabemos que estĆ”is ahĆ­, y no tenĆ©is municiones! ¡Sed juiciosos y rendĆ­os ahora que aĆŗn estĆ”is a tiempo, y no recibirĆ©is una paliza! - Desde mi escondite, veo que Jason levanta su machete hacia Mahogany, y Ć©ste se corrige - ¡No recibirĆ©is una paliza demasiado fuerte! 

     Ahora que llega el buen tiempo, es una Ć©poca idĆ³nea para jugar fuera, y hemos hecho una batalla por equipos todos los inquilinos del Castillo. En mi equipo, el escuadrĆ³n de Cascajos, estamos ZombiD, el tiĆ­to Creepy, el Hombre Alto, Freddy y yo misma. Los demĆ”s escuadrones, el de Sabelotodos, el de Chupasangres, el de Tragones... han caĆ­do frente a los Grandotes, compuestos por Humungus, Jason, Michael Myers, Caracuero y Mahogany. SĆ³lo nosotros les separamos de la victoria, estamos copados y con pocas municiones. Mi novio agarra del suelo una bosta reseca y se la lanza a la cara.

     -¡Carnicero; muerde ese bistec! - grita. Por reflejo, Mahogany agarra el proyectil y se empringa. La ira le sube a los ojos, y ordena cargar. Al grito de "¡AL ATAQUE!", se lanzan hacia nosotros. Oigo sus enormes cuerpos apisonar el suelo a pisotones, cada vez mĆ”s cerca, y cuando estĆ”n a punto de pasar por entre los Ć”rboles donde nos ocultamos, ZombiD y yo pegamos un tirĆ³n de la cuerda que ocultamos bajo la hojarasca; los Grandotes tropiezan y caen unos sobre otros, la tierra retumba por el peso. Salimos huyendo a todo correr, aprovechando que el tamaƱo de nuestros enemigos les ralentiza, y mientras escapamos, un par de bolas brillantes silban sobre ellos y dejan caer la pintura; Freddy, montado en una escoba sobrevuela desde una altura prudente con el tiĆ­to Creepy a su espalda, quien deja caer los pocos, pero suficientes globos de pintura que aĆŗn nos quedaban, ¡y hemos triunfado!

    Si las guerras se libraran siempre con pintura, el mundo serĆ­a un lugar mejor. Mientras llegamos a esa utopĆ­a, aprovechemos el cine de accion, en el que no muere nadie. Hoy, en Cine Freak Salvaje: Red Scorpion. 

     
     Hubo un tiempo en que el cine bĆ©lico dejĆ³ de llamarse asĆ­ para ser llamado "cine de acciĆ³n". La diferencia podĆ­a encontrarse en que el cine bĆ©lico tenĆ­a un argumento sĆ³lido, era duro, trataba en gran parte de la miseria humana, la ruptura de la inocencia, y nos ponĆ­a frente a unos hechos trĆ”gicos y poco agradables, pero que valĆ­a la pena contemplar por la calidad de las actuaciones, y por eso que hoy llaman memoria histĆ³rica, mientras que el cine de acciĆ³n se valĆ­a de un argumento ligero hecho para lucimiento del protagonista, a veces tenĆ­a momentos cĆ³micos o que involuntariamente provocaban la carcajada y no tenĆ­a ningĆŗn valor mĆ”s allĆ” del entretenimiento. A la hora de la verdad, la diferencia principal estribaba en la edad del pĆŗblico: mientras que en una cinta como Platoon sĆ³lo habrĆ­a adultos, en Rambo te encontrarĆ­as a muchos niƱos. La cinta que hoy tratamos, como buen cine freak, pertenece al segundo grupo, y con orgullo de serlo. 

     La historia nos lleva  a un paĆ­s africano inexistente, dominado por las fuerzas de la ahora extinta URSS. AllĆ­ es enviado Nikolai Rachenko (Dolph Lundgren), teniente de un grupo de fuerzas especiales denominados svetznaz o mĆ”quinas de matar, para encargarle una delicada misiĆ³n: trabar amistad con uno de los prisioneros, ayudarle a escapar y ganarse su confianza a fin de que Ć©ste le conduzca hacia el lĆ­der de la rebeliĆ³n y poder asesinarlo. 


     EstĆ”bamos a finales de la dĆ©cada de los ochenta. La Guerra FrĆ­a tocaba a su fin, pero aĆŗn no lo sabĆ­amos, los Estados Unidos iban a quedarse pronto sin los que habĆ­an sido sus enemigos Ć­ntimos durante casi medio siglo: los rusos. Durante muchos aƱos, los villanos habĆ­an sido los nazis, los japoneses... en la dĆ©cada de los ochenta, los rusos fueron el antagonista por excelencia, y cuando se metieron en AfganistĆ”n, los norteamericanos vieron la ocasiĆ³n de oro para echarles en cara su tremenda villanĆ­a al atacar con bombas y minas a la poblaciĆ³n civil, olvidando de forma muy conveniente que ellos habĆ­an hecho exactamente lo mismo en Vietnam hacĆ­a apenas una dĆ©cada. 

 
   AsĆ­, en pelĆ­culas como Rambo, ya pudimos ver que, aunque el campamento enemigo fuese vietnamita, allĆ­ quienes cortaban el bacalao eran rusos, y en Rambo III la acciĆ³n sucede directamente en la AfganistĆ”n ocupada por los soviĆ©ticos, pelĆ­cula que hoy dĆ­a no se quiere recordar y que resulta muy irĆ³nica. En la misma podemos ver que se pone a los "estudiantes" (los talibĆ”n) como los rebeldes valerosos y firmes luchadores que se enfrentan al coloso ruso y piden ayuda al bondadoso pueblo norteamericano, quien se la ofrece gustoso y magnĆ”nimo. De aquellos polvos, estos lodos, que dirĆ­a Quevedo. En la pelĆ­cula que nos ocupa, los rusos, ayudados por los cubanos, son tan malvados que no dudan en torturar cruelmente a uno de los suyos, sin escuchar las razones del soldado. La moraleja es presentada con tal claridad que resulta cĆ”ndida de un modo infantil: el comunismo es malo, el comunismo es ingrato y cruel, es tan aborrecible que incluso los suyos lo abandonan y se enfrentan a Ć©l a la menor oportunidad. 

     Dolph Lundgren habĆ­a tomado parte ya en varias pelĆ­culas para cuando rodĆ³ Red Scorpion. HabĆ­a sido el gigantesco IvĆ”n Drago para Rocky IV (en un principio le rechazaron por que era treinta centĆ­metros largos mĆ”s alto que Stallone, y se notaba mucho la diferencia), habĆ­a sido He-Man en Masters del Universo, y habĆ­a aparecido en Panorama para matar junto a Roger Moore. Su rostro duro y rĆ­gido, unido a su inmenso tamaƱo, le hacĆ­an dar un tipo de villano muy apropiado, y a pesar de ser sueco, su aspecto europeo y su cabello rubio hacĆ­a que le diesen siempre papeles de ruso. Su rostro, durante la dĆ©cada siguiente, se volviĆ³ habitual en las cintas de acciĆ³n de los videoclubs, siendo Soldado universal, junto a Jean-Claude Van Damme uno de sus estrenos mĆ”s celebrados. Actualmente, forma parte de Los mercenarios, de la mano de Stallone.

    En cuanto a argumento, no os voy a engaƱar: no tiene gran cosa apreciable, y la pelĆ­cula sĆ³lo se salva por la abundancia de escenas emocionantes y aĆŗn asĆ­, Lundgren estĆ” desaprovechado. En cuanto a guiĆ³n, la cinta no tiene pies ni cabeza, y a poco que uno se pare, no ya a pensar, sino tan solo a prestar atenciĆ³n, se da cuenta de que es un despropĆ³sito puro, y menos creĆ­ble que una historia de amor, que ya es decir. No obstante, si uno la ve sĆ³lo por entretenerse un rato y se olvida de cualquier pretensiĆ³n cualitativa, la cinta cumple su cometido de distraerte.

     Red Scorpion es una cinta de grandes pretensiones, pero pocos resultados. Una cinta que querĆ­a mostrar el crecimiento de una persona que tenĆ­a que pasar de "mĆ”quina de matar" a "ser humano" al ver cuĆ”nto de valor habĆ­a en el pueblo que pretendĆ­a aniquilar el suyo, pero se quedĆ³ en una cinta de tiros en la que todo se resolvĆ­a con dos palabras, sin una explicaciĆ³n argumental que lo respaldara. Lo mejor y a la vez lo peor que se puede decir de ella, es que es entretenida. Cinefiliabilidad 1, lo que significa que aunque tenga tiros, es tolerada y que no encierra ninguna dificultad; puedes levantarte tranquilamente a hacerte un bocadillo sin pausarla, que no vas a perder el hilo.

¡Si tiene dientes! Nadie lo hubiera dicho, es la primera vez que sonrĆ­e.



"HƔgalo y cometerƔ el mayor error de su vida, tejano cabezota". Si no coges esta frase, tienes que ver mƔs cine.