El «estreno» de Juan Díaz Canales como autor completo se produce en una obra de corte noir cuya dinámica no nos sorprende. El flamante guionista de Corto Maltés: Bajo el sol de Medianoche o la premiadísima Blacksad hace acopio de su gran talento como narrador de historias a priori cotidianas en las que aporta su lado más sentimental. En este caso, el autor nos presenta una preciosa novela gráfica con una fuerte crítica social: Como viaja el agua.

Porque queremos pensar que nuestra vida es un viaje como el del agua. Que nunca desaparece del todo. Que siempre encuentra el camino de vuelta.

Con esta metáfora iniciamos un viaje a lo que nos depara el destino, lo que esperamos encontrar y el guantazo que supone la realidad. Esa vida color de rosa que no asoma por ningún lado.

Niceto tiene 83 años y su único aliciente para seguir viviendo son los encuentros con sus octogenarios amigos en los que salpimenta su existencia, trapicheando con objetos robados y que con el dinero que ganan juegan al tute en el bar de Ciriaco. La muerte de Longinos, uno de sus amigos, desencadenará el pánico en el resto de la panda, puesto que ha sido asesinado y no será el único.

Interior del cómic Como viaja el agua


Un dibujo realista, con grandes dosis de negros que nos traslada a la parte más intimista y oscura del protagonista, donde la expresión «vivir entre sombras» cobra vida propia. Un Madrid perfectamente reconocible en cada viñeta que nos sumerge en la soledad de cumplir años y en la que refleja la realidad cotidiana donde los sintecho, los ladronzuelos de poca monta o el famoso bazar chino del barrio son la imagen perfecta de cualquier secuencia diaria en cualquier gran urbe, en este caso, Madrid.

Una gran crítica social en la que la filosofía del existencialismo plantea a la vez preguntas y respuestas. Las primeras páginas enfocan el relato como un sueño en el que dos ratas debaten al más puro estilo gato de schrödinger sobre si la persona que ven está muerta, porque no han comido aún y llegan a la conclusión de que no son reales porque las ratas no hablan.

De temática costumbrista nos acerca al miedo real a desaparecer. ¿Qué hay tras la vida? Cada vez que un amigo suyo fallece, Niceto quiere saber cómo es el otro lado. Pero todos parecen guardar un secreto que no debe ser revelado y la sospecha de que trascienda les atemoriza, por lo que tendremos suspense asegurado. 

Aunque me recuerde a Arrugas de Paco Roca en el trasfondo, la cotidianeidad y la crítica social, lo cierto es que me tuvo en vilo hasta el final y la faceta de dibujante de Díaz Canales me ha sorprendido. Sobrio, con un trazo que tildaría de «feo» como la historia que cuenta, no porque esté mal sino porque refuerza los sentimientos de cada personaje haciéndolos tuyos y esa fealdad inicial se transforma en ternura.

Una historia dura donde la parte onírica guarda una gran importancia por su carga sentimental que retrata a la perfección el tambaleo de la fe y el cuestionarse el camino a seguir y las prioridades. No, la familia, la riqueza, no son lo importante. Hablemos del YO y como decía el filósofo Eric Fromm, planteémonos si es mejor ser o estar.



Ficha Técnica

Portada del cómic Como viaja el agua


Nombre Original: Como Viaja El Agua

Autor: Juan Díaz Canales

Género: Social, novela negra

Año: 2016

Editorial: Astiberri

Reseña realizada por Calistina para Koukyou Zen