Vuelvo otra vez a mi espacio de opinión en Librería Kasukabe para hablar de lo que últimamente me está rondando la cabeza. Si bien es cierto que me había centrado en temas más teóricos de un tiempo a esta parte, hoy voy a hacer una reseña de un cómic, pero no una reseña de un cómic para ensalzar sus virtudes, no, hoy voy a hablaros de un cómic que no me ha gustado, es más, me ha repugnado. 

En mi autopromesa de reseñar todos los cómics que caigan en mis manos (tengo pendientes "El puerto prohibido" de Dibbuks y "Las águilas de Roma" de Norma), hoy andaba suelto por ahí un cómic editado por Diábolo de Bastién Vives, "Los melones de la ira". No voy a hablar de la labor de la editorial, impecable en todos los aspectos, si no de esta obra en particular de Vives. De este autor ya me había leído "Polina" que me pareció bastante interesante, y eso que su dibujo, más bien minimalista, personalísimo y sólo entintado no acababa de llamarme la atención a priori, pero que una vez te metes en el tema, te llega hasta gustar. Aquí sigue con ese dibujo tan propio que tiene, como abocetado, simplista, pero lleno de energía y movimiento.

Os contaré por encima de qué va "Los melones de la ira". Magalie tiene un par de tetas enormes que le provocan grandes dolores de espalda, así que su padre, un granjero que vive ajeno a la tecnología del siglo XXI, la llama al médico, que viola a la chica. Quizás la palabra violar sea muy fuerte, porque Magalie no parece resistirse, pero digamos que ella en su inocencia, se deja hacer. La van llevando a diferentes médicos y todos abusan de ella. Incluso tiene un momento incestuoso con su hermano pequeño en el pajar digno de estudio. Un día, ella empieza a contar todo lo que le hacen los médicos, desde la inocencia, insisto, porque a ella es que aquello ya empieza a no parecerle normal. El padre de entera y se venga enormemente de los que han abusado de su hija. 

Yo debo de ser gilipollas, o imbécil, o corta de mente, porque no le he apreciado el arte a esta obra. Me ha parecido tal despropósito de los pies a la cabeza y me ha parecido tan ofensiva que he sentido repugnancia, tanta que me ha llevado, indignada, a escribir sobre ello y eso que normalmente cuando hago una crítica elijo cómics que me hayan gustado algo o mucho.

Pero creo que era necesario. Era importante que alguien dijera algo al respecto. He leído otras críticas de la reseña y aún me he sentido más idiota, porque claro, yo a esto no le he visto el arte. Soy especialmente sensible a las violaciones de las mujeres y a la violencia que se ejerce sobre ellas. Si esto pretendía ser erótico, se lo puede meter el autor por donde le quepa. ¿Por qué no cambiar al protagonista y hacerlo hombre y que tenga tal pollón que todos se le tiren encima? No, una mujer, sigamos con los prototipos. He leído por ahí que era un homenaje a las películas porno de los años 70. Pues lo siento, sigue sin parecérmelo.  Magalie es una víctima de una situación espantosa que encima se reproduce a lo largo del tiempo. El autor juega con la inocencia de la chica en el conocimiento del sexo y supongo que eso nos quiere mostrar con la escena incestuosa con su hermano pequeño, el cual tiene un pichón enorme y desproporcionado para su edad y nadie le lleva al médico (¿sería él también violado en pos de su recuperación?). 

Se suponía que quien tenía que cuidar de Magalie (los médicos), abusan de ella hasta la saciedad. Es más, parece una mercancía, un juguete en sus manos. La escena que más me ha dolido de todo el cómic es aquella en la que los inocentes padres la llevan con toda su buena fe al médico y allí todo el personal médico masculino la hace partícipe de una violación masiva. Y encima, Vives, nos ofrece una última imagen de la doble página en la que sale la chica en la parte de atrás de un coche recogiéndose a ella misma, asustada y conmocionada por todo lo que ha pasado.

Si el autor quería realizar una obra cómica, alejada de su temática habitual, desde luego para mí no lo ha conseguido. Me parece un drama y una historia terrible de violencia sobre la mujer. Si quería provocar algún sentimiento en el lector, le felicito, conmigo lo ha conseguido y remover algo en mi interior, sea amor o sea odio, es para alabar al autor. Si pretendía que esto fuera erótico, no sé como será para hombres u otras mujeres, pero es que a mí me ha producido un completo rechazo. 

Os invito a que lo leáis y me digáis que os parece, porque, insisto, a lo mejor es que soy gilipollas y no he sabido ver la maravillosa obra de arte que tenía entre manos.