Si hay algo cierto es que los cómics de corte histórico gustan, especialmente en Francia, que vive su apogeo ya desde los aƱos 80. La preocupación por la verosimilitud es una constante que intenta compaginarse con el mero entretenimiento. AsĆ­ pues la propuesta de Yermo ediciones ha sido comenzar su comenzar su colección Reinas de sangre con una protagonista que rinde homenaje a la tradición francesa, pero que irremediablemente tiene sabor espaƱol en mano de los lĆ”pices de Jaime Calderón. 

La historia se centra en la figura histórica real de Isabel de Francia, hija del implacable Felipe IV y de Juana de Navarra y madre de Eduardo III de Inglaterra, mÔs conocido por ser uno de los causantes de la Guerra de los Cien años entre Inglaterra y Francia.

Isabel no es una mujer feliz. Su marido, Eduardo II de Inglaterra la desprecia en favor de su favorito, Hugo le Despenser, causÔndole tales humillaciones que finalmente concluirÔn con el complot de la reina Isabel contra su esposo, motivo principal del tomo dos de este cómic.

El tomo uno se centra principalmente en presentarnos a los personajes principales y a introducir especialmente a la protagonista, Isabel, como una mujer despreciada y maltratada, pero a la vez orgullosa y con un amplio sentido del deber. El eje principal de este tomo, ademÔs del ya descrito girarÔ alrededor del escÔndalo de la Torre de Nesle, que involucrarÔ a todas las cuñadas de Isabel en la grave acusación de adulterio, que tuvo unas gravísimas consecuencias para la dinastía francesa de los Capetos a la que la propia Isabel pertenecía.

A raƭz de todo ello, Isabel vuelve a Inglaterra con su esposo, en donde continuarƔ siendo vejada por Ʃl mismo y por la familia le Despenser. Sin embargo, con la ayuda de su amante, sir Roger Mortimer, urden un plan para atacar Inglaterra y derrocar a Eduardo II, consiguiƩndolo y poniendo en el trono a su hijo mayor, Eduardo III. Sin embargo, la felicidad es pasajera e Isabel se darƔ cuenta de cuan amargo puede resultar el reverso de la moneda.

La adaptación de la historia de Isabel de Francia corre a cargo de Thierry y Marie Gloris, que hacen un esfuerzo encomiable para adaptar ese momento tan importante para la historia francesa sin abandonar cierto ritmo narrativo, que logran en casi todo el cómic excepto en el final, cuya conclusión queda un tanto en el aire.

Pero lo que realmente brilla en este cómic es el trabajo de dibujo y entintado del catalĆ”n Jaime Calderón, fantĆ”stico retratista y detallista al mĆ”ximo de cada una de las viƱetas. La composición de las mismas es claramente del estilo clĆ”sico de las bande dessinĆ© francesas, con un uso regular y estructurado de las viƱetas. Bastante espectaculares son los planos generales de los paisajes, tanto urbanos como naturales, llenos de preciosismo y detalle, lo mismo que la importante labor de recreación histórica que se ha hecho para ambientar la historia de Isabel, la loba de Francia. Tal es el nivel excepcional de dibujo del autor que la propia editorial Yermo ha recopilado varios de sus bocetos y ha publicado un artbook del dibujante. 

A pesar de que la labor del colorista Johann Corgié es correcta en ejecución no hace brillar los dibujos de Calderón como debería hacerlo, siendo quizÔs este el punto mÔs negativo del cómic.

En resumidas cuentas, Isabel, la loba de Francia es una estupenda apuesta tanto si disfrutas del cómic de corte histórico realista como si buscas un guión consistente acompañado de un excelente dibujo.