Hay historias que parece que se podrĆ­an contar solas, forman parte de la imaginaria popular desde hace siglos y nos han llegado como susurradas por el viento a travĆ©s de la tradición oral, son relatos donde se habla de grandes gestas protagonizadas por individuos que llevan al lĆ­mite los umbrales del sacrificio y el coraje. Por cultura popular, quizĆ”s sea “El Cantar del MĆ­o Cid” el poema Ć©pico del que mĆ”s nos acordamos, sea porque a los que fuimos a E.G.B nos obligaran a estudiarlo, o porque no tenĆ­amos otra cosa que hacer una tarde de Domingo cualquiera y nos tragamos la pelĆ­cula de Charlton “submachine-gun” Heston.

Sea como fuere, la historia de Beowulf se hizo muy popular en 2007, cuando se estreno un largometraje de animación de la mano de Robert Zemeckis, en EspaƱa no era una historia muy conocida que digamos. QuizĆ”s lo mas parecido que habĆ­amos leĆ­do era la increĆ­ble translación de “El Anillo de los Nibelungos” de Craig P. Russell,o 300 de Frank Miller, pero eran como  gotas en un inmenso ocĆ©ano...

El proyecto de Beowulf se gestó a fuego lento, arranco hace casi una década, una idea quizÔs entonces compleja para publicarse, que por obra y gracia de Astiberri ha visto por fin la luz. En el se narra la gran epopeya del guerrero enfrentado primero a una bestia feroz, Grendel, luego, a la madre de este, y años mas tarde, ya en la senectud de Beowulf a otro monstruo que amenaza el país del que ahora es rey. Cada parte de este poema épico nos muestra la evolución de Beowulf, primero como como un joven jactancioso que llega a Dinamarca con su séquito para ayudar a su anciano monarca a librarse de un terrible monstruo que lleva 12 años asolando sus tierras. Al principio los daneses toman a risa al extranjero, pero pronto descubren que se hallan ante un hombre que esta hecho de una pasta superior a cualquier otro, uno que es capaz de someter a tan terrible abominación tan solo con sus manos desnudas.

Tras los festejos por su gran victoria el horror se vuelve a desencadenar en forma de otra bestia que resulta ser la madre de Grendel, esta vez la batalla es mƔs dura si cabe, Beowulf vuelve triunfante de la misma con la cabeza de su enemigo bajo el brazo...



La segunda parte del poema nos muestra a un Beowulf mucho mayor, han transcurrido 50 aƱos desde aquellas hazaƱas y ahora  Ć©l es el rey, con el peso de la corona sobre su cabeza y el de los tristes sucesos que le llevaron a ocupar el trono, tiene que afrontar otro reto para el que quizĆ”s ya no estĆ© preparado : un Dragón esta sembrando el pĆ”nico entre la población. Un desafĆ­o que Beowulf sĆ­ que puede entender y asumir, porque los aƱos de paz le han ido convirtiendo en una de las cosas que mĆ”s odia : un polĆ­tico.

Es un epílogo grandioso para Beowulf, sabedor que con toda seguridad la empresa le costarÔ la vida. Es el final de una época, de un modo de entender la vida, mas simple ,mas puro, ligado únicamente a valores como la amistad, la lealtad o el coraje.

La frase “el monstruo ha muerto” podrĆ­a bien ser el epitafio del protagonista, o la del final de las grandes leyendas que dan paso a un mundo mĆ”s racional y despiadado.

Beowulf es el poema Ʃpico mƔs largo escrito en lengua anglosajona, a pesar de ello en capaz de concentrar un live motive muy poderoso : vive y muere siendo fiel a ti mismo. Esta es una idea que Santiago Garcƭa y David Rubƭn han sabido llevar magnƭficamente a tƩrmino, metiƩndose en la cabeza el hƩroe, y mostrando con hechos,(porque es asƭ como habla un autƩntico lƭder) como Beowulf se enfrenta a los peligros siempre de frente, sin temer las consecuencias hasta el amargo final.

Y hablando de finales, es muy complicado leerse este cómic y no volver a ojear alguna de sus pĆ”ginas para alucinar con los detalles de esta o aquella ilustración, hay muchos monstruos, cuervos, gente barbuda!!! y monstruos!!!, ah que eso ya lo habĆ­a dicho, algunas de las bestias feroces mejor dibujadas que haya visto en mucho tiempo,para mĆ­ , a la altura de las mejores de Kirby o Mignola, precisamente con este Ćŗltimo parece compartir el gusto por los pequeƱos insertos a modo de viƱeta para centrar la atención del lector en algĆŗn pequeƱo detalle, y entonces ..¡¡¡ zas!!! la pĆ”gina explota con una imagen grandiosa.

El formato,de novela grÔfica favorece mucho estos gigantescos collages donde Rubín se mueve como pez en el agua. La energía cinética que desprende la narración crea el efecto de en que cualquier momento los personajes van a saltar del papel y te van a escupir en la cara.

Otro aspecto decisivo es el tratamiento del color, saturado de rojo sangre cuando el contexto lo requiere, o del verde de las aguas ponzoñosas cuando estamos en una cueva. Me da la impresión de que Rubín entiende perfectamente que el color es un personaje mas en la historia,contando mucho mas a veces que si pones mil diÔlogos.

He leĆ­do en muchos sitios que se parece mucho al estilo de Frank Miller, (espero que se refieran al del mejor Miller ) y eso deberĆ­a ser un halago para el autor,pero creo que tanto Santiago GarcĆ­a con su hĆ”bil narración,como David RubĆ­n ,convertido ya en uno de los grandes de la  ilustración ,estĆ”n forjando ya su propia leyenda.Una plagada de fermosas hazaƱas que acometer y molinos que derribar.

Pero no debéis confiaros,aún quedan muchos monstruos que matar.

SALVE , BEOWULF.

AƱadirƭa varias cosas...

Si bien es cierto que David Rubín imprime personalidad a la epopeya, no es menos cierto que se nota la mano de Santiago García, dado a historias con tintes históricos y/o épicos como Antiguo Testamento, con la que contó con el arte de Javier Peinado. No sabría decir dónde empieza uno y termina el otro.

En otros tƩrminos, iba con la idea vista en el cine de una madre de Grendel impresionante (encarnada por Angelina Jolie) y tuve que cambiar mis registros al abrir la primera pƔgina, monstruos, rojo sangre guantazos y mandobles...

Cuando se gestó Beowulf, el primer dibujante iba a ser Javier Olivares (El Manglar, La Caja Negra) y con el que GarcĆ­a trabajó en la adaptación de Jeckyll y Hyde pero por X motivos, no llegó a puerto. 

Rubín se ofreció a dibujar el proyecto, no a continuarlo, a empezar de cero y como ha comentado en alguna ocasión, no quería un Beowulf de Santiago García y David Rubín imitando el estilo de Olivares, que por cierto, no tienen nada que ver, así que se empapó tanto del arte de Olivares como de la leyenda y se puso (pusieron) manos a la obra.

Un formato que un principio asusta, tras echarle un primer vistazo no hay duda de que fue la mejor elección, pues el tipo de imÔgenes y su ejecución lo piden a gritos.

Mi opinión la puedo resumir en dos palabras: Brillante referencia.