Algunas series generan mucha expectación antes de ser lanzadas y prÔcticamente tienen su grupo de fans listos para atacar desde el primer episodio. Otras crean un legado y legión que les sigue allÔ donde vaya: todo lo que corresponde a la serie es oro y todo lo que deriva de ella es mÔgico. Otras suponen una sorpresa que atrapa a todos los espectadores que alcanza sin que nadie las vea venir.

Y luego estĆ” Suzumiya Haruhi.

Esta adaptación de la saga de novelas ligeras de Nagaru Tanigawa publicada en 2004 saltó en 2006 a la piscina con la vitalidad de su protagonista y el poder de un millón de bombas atómicas. Internet rÔpidamente puso todos sus ojos en la serie. El material relacionado se vendió y expandió a toda velocidad. Surgieron fanfics, doujinshis y comunidades de fans, vídeos y parodias, cosplays y tributos, en una de las mayores olas de histeria fanÔtica de la historia de Internet. La serie puso a Kyoto Animation en el mapa, y creó un legado indefinible y con mÔs carisma del que pudiera manejar cualquiera.

La fiebre del haruhismo lleva expandiĆ©ndose desde entonces. Pero ¿cómo consigues atrapar a una comunidad acostumbrada a la originalidad y la vitalidad de sus series?

.El anƔlisis de Suzumiya Haruhi




Kyon es el seudónimo de un joven que perdió sus sueƱos de vivir aventuras de fantasĆ­a y ciencia ficción con la misma rapidez con la que perdió sus dientes de leche. LamentĆ”ndose de su aburrida existencia, comienza su primer aƱo de preparatoria para inmediatamente conocer a un extraƱo personaje: Suzumiya Haruhi. Bella pero extravagante, Suzumiya resulta ser una chica con demasiado carisma que busca vivir una vida anormal y conocer alienĆ­genas, viajeros en el tiempo y gente con poderes especiales. Tras conocer su extraƱo carĆ”cter y comenzar una relación de aparentemente imposible amistad con ella, Kyon invita a Haruhi a fundar su propio club, ya que ella no parece querer estar en ninguno. IronĆ­as de la vida, ella se lo tomarĆ” en serio y no tardarĆ” en fundar la Brigada SOS, un acrónimo que define a un club escolar pensado para vivir situaciones paranormales. Tras ver impotente cómo Haruhi prĆ”cticamente secuestra a otros tres miembros para que la brigada tenga un grupo digno, Kyon comenzarĆ” a descubrir que hay que tener cuidado con lo que se desea, porque los sucesos extraƱos van a comenzar a ser la regla de su nueva y particular vida…

La melancolĆ­a de Suzumiya Haruhi, puesta en tĆ©rminos breves, es lo que ocurre cuando coges todos los gĆ©neros del manganime y los reflejas en una sala de espejos deformes: una serie consciente de sĆ­ misma y de sus clichĆ©s, de actitud paródica y deconstructiva, con personajes que suponen una ligera vuelta de tuerca a muchos estereotipos (la chica moe, la chica callada e inexpresiva, el chico listo y sonriente…) y situaciones que hacen referencia desde a las novelas de Agatha Christie a los shĆ“nen como Bleach. Y, lo mĆ”s importante de todo y uno de sus rasgos mĆ”s distintivos: es imposible de catalogar. ¿Una comedia juvenil? Gran parte de la obra se desarrolla en la escuela y la interacción entre sus personajes es muy importante, ademĆ”s de dar unos resultados cómicamente brillantes. ¿Un shĆ“nen de acción? Claro, hay muchas secuencias de acción y combates frenĆ©ticos donde la adrenalina estĆ” por las nubes. ¿Una obra reflexiva de filosofĆ­a y ciencia ficción dura? SĆ­rvete, hay referencias de sobra a teorĆ­as de fĆ­sica avanzada y de multiversos, viajes en el tiempo y existencialismo. La melancolĆ­a de Suzumiya Haruhi tiene de todo y para todos, y en cada uno de los gĆ©neros que toca destaca brillantemente. Los 14 episodios de la primera temporada son un delirio entre situaciones de la mejor comedia, tenso romance o increĆ­bles batallas. En un alarde de originalidad y confianza, el estudio produjo y emitió los episodios en desorden para que la trama principal tuviera mĆ”s interĆ©s, dĆ”ndole otro toque mĆ”s de postmodernidad a una serie que ya tiene suficiente como para atraer a cualquiera. Hecha con mimo y detalle, la serie se muestra tanto estĆ©tica como narrativamente sólida, con unos brillantes dibujos y un guión muy prometedor, capaz de mantener a cualquiera pegado al asiento pidiendo mĆ”s, siempre mĆ”s. Las situaciones paródicas a las series, las referencias a la cultura pop y los trabajados giros en la personalidad de cada uno de los personajes, asĆ­ como sus relaciones e intereses son motivos suficientes como para convencer en varios niveles a cualquiera de echar un vistazo a la serie para inmediatamente sentirse hipnotizado. Sin embargo, la serie peca del peor enemigo del manganime: el relleno. El argumento es potentĆ­simo y es capaz de ofrecer una energĆ­a emocional pocas veces vista, con unos personajes muy bien construidos y una trama increĆ­ble, que sugiere mĆ”s de lo que muestra y que siempre guarda un par de secretos y giros para el futuro, pero por desgracia el exhaustivo empeƱo en desarrollar la personalidad de cada uno de los protagonistas de la serie alarga esta trama hasta casi ocultarla: muchas veces la tensión desaparece al acabar el capĆ­tulo, dejando muchas cuestiones al aire; muchas subtramas se dejan sin sacarles todo el partido que podrĆ­an dar (que es mĆ”s del que muchas series desearĆ­an), y al final la serie supone un triunfo mĆ”s como un conjunto que por cada una de sus partes.

Lo cual, por supuesto, no es necesariamente malo.

.La continuación de Suzumiya Haruhi




Tras los 14 episodios, que adaptaban partes del primer y segundo libro, muchos fans pidieron mĆ”s: aĆŗn habĆ­a muchas subtramas que se podĆ­an adaptar, y muchos de los mejores capĆ­tulos se habĆ­an quedado sobre el papel. En 2009, tras haber producido series como la muy exitosa Lucky Star, el estudio dio lo que los fans querĆ­an… mĆ”s o menos. Los 14 episodios nuevos adaptaban la tercera novela, una trama de la segunda que suponĆ­a uno de los ejes mĆ”s importantes del argumento de la serie… y Agosto Infinito.

PongÔmoslo así: Kyoto Animation puso todo su esfuerzo en crear ocho capítulos exactamente iguales que contaban exactamente lo mismo pero con ligeras diferencias en la dirección.

OCHO. CAPƍTULOS.

La reacción de los fans ante este evento fue muy variada. Algunos se quejaron de que con los medios que pusieron podĆ­an haber adaptado otras tramas de las novelas sucesivas, y se sintieron insultados. Otros, sin embargo, encontraron este experimento como una valiente hazaƱa que aportaba una dimensión emocional Ćŗnica y suponĆ­a un hito que pocas veces se habĆ­a llevado a cabo. AdemĆ”s, el nivel de dibujo de la serie habĆ­a cambiado, tomando una dirección mĆ”s estilizada y “puni-plush” como hacĆ­a “K-On”, un anime que el estudio lanzó ese mismo aƱo. Este hecho definĆ­a perfectamente cómo trataba el estudio a la serie y lo que la serie en sĆ­ misma supone: una obra valiente y atrevida, que dentro de las convenciones comerciales se atreve a experimentar y probar nuevos caminos, que se adaptaba y mutaba para no volverse obsoleta. Y, aunque no habĆ­a tanta trama en estos nuevos 14 episodios, la serie seguĆ­a exhibiendo una innegable calidad y momentos tanto de comedia como de drama y romance poderosos y brillantemente ejecutados, y rellenaba los huecos que habĆ­a entre los episodios de la anterior temporada. Lo que los fans no sabĆ­an era que en realidad el estudio estaba allanando el camino para su mayor golpe…

.La pelĆ­cula de Suzumiya Haruhi


El bombazo final ha llegado con la adaptación de la cuarta novela: la desaparición de Suzumiya Haruhi. En ella, Kyon entra súbitamente en una realidad alternativa donde Haruhi jamÔs ha existido y todo parece ser perfectamente normal. La novela pone un increíble énfasis en el desarrollo sentimental de los personajes, y añade una inesperada y muy prometedora subtrama romÔntica. Habiendo conocido durante 24 episodios que parecen una vida a los personajes de la serie, viéndolos interactuar como lo hacen en la cuarta novela es un golpe tras otro. La adaptación salió el 6 de Diciembre de 2010 e Internet estalló. Inspirada por la música del compositor francés Erik Satie, cuyas lentas y sencillas piezas de piano poseen una belleza incomparable, la película supone el esfuerzo conjunto de lo mejor de lo mejor de Kyoto Animation: brillante nivel de dibujo, unas animaciones sublimes, un doblaje perfecto y una dirección con una magistral narrativa, que indaga en el interior del protagonista en su debate por decidir el curso que tomarÔ su vida. La película ya de por sí es una excusa suficiente para ver la serie entera, y es una obra maestra del anime: un gran ejemplo de cómo hacer una continuación con medios de tu magnum opus. Ninguna otra película es capaz de azotar con tanta fuerza al espectador, que contempla a unos personajes que conoce y con los que empatiza debatirse sobre qué hacer en un mundo que ha cambiado y les ha hecho cambiar con ellos. La desaparición de Suzumiya Haruhi es una de esas pocas películas que realmente satisface y te hace desear mÔs, una obra que dura 160 minutos pero que debería durar 320, una muestra y ejemplo de cómo debería llevarse el desarrollo de los personajes y trabajar su relación. Potente y hermosa, llena de escenas impactantes y avanzando en la trama mÔs de lo que había hecho toda la segunda temporada, la película supone un brillante éxito y la culminación de una adaptación que ha generado con talento y habilidad una legión de fans que desean que la franquicia continúe. Porque aún queda mucho por ver, muchas tramas por resolver y muchas aventuras por vivir por parte de los protagonistas. Yo sólo rezo porque esta joya de la animación japonesa no se frene, y que en el futuro haya un descontrol, una conspiración, una disociación, una sorpresa de Suzumiya Haruhi, y que el estudio Kioto siga haciendo con su misma disposición y talento esta serie hasta que llegue a un final que, esperemos, esté muy lejos. Porque aún queda mucho que conocer, y mucho que sentir.

Ficha tƩcnica


AƱo: 2006

Estudio: Kyoto Animation

Autor: Nagaru Tanigawa (dirige Tatsuya Isihara)

Género: ciencia ficción, comedia, romance

CategorĆ­a: seinen

Episodios: 28