Nadie podía imaginarse que en el tranquilo pueblo
de Kurôzu-cho una obsesión estaba a punto de gestarse y es que las espirales
son cada vez más y más numerosas en un pueblo que cada vez parece más maldito.
A través de los ojos de Kirie iremos viendo como la espiral
se irá apoderando del pueblo lentamente hasta que el final se convierta en
inevitable.
El estilo macabro y detallista de
Junji Ito
El estilo de Junji Ito es el típico
caso de un estilo fácilmente reconocible, que cualquier lector una vez haya
asentado en su subconsciente una obra anterior, puede volver a identificar sólo
con mirar la portada. Este hecho es de agradecer en casos en los cuales te
encuentras ante un cómic/manga que aparentemente es normal pero que pasadas
unas páginas de ese shôjo tan acaramelado que prometía ser un precioso sueño
húmedo, se convierte en un festival de horror, en el cual no sabes por dónde va
a aparecer el siguiente momento "miedo".
Pues no os preocupéis, que
con Ito no pasará esto. Su estilo limpio y levemente inquietante no induce a
error: nos encontramos frente a un manga nada convencional, más bien intrigante
por el juego de sombras empleado en el entintado a plumilla, y que no lleva a
equívoco, pudiendo afirmar con rotundidad que su estilo siempre se adecua a sus
propios argumentos de índole tenebrosa e inquietante, porque la obra de Ito no
es el terror que nosotros conocemos en occidente asociado a fantasmas o a
sucesos paranormales, sino que se trata de un terror psicológico.
Para ello emplea una serie de usos que hacen cercano al
dibujo: un trazo fino; un diseño de personajes que se asemeja más al occidental
que al oriental; sobriedad en los entornos en contraste con los fantásticos, ya
que se espera crear el efecto adecuado cuando aparezca justamente algo que
induzca al terror; poco uso de tramas para no oscurecer y no crear un ambiente
excesivamente suave, sino que realiza un puro uso de entintando en plumilla
cuyo fin viene a realizarse en la propia escena, mostrándonos unos ambientes
que van oscureciéndose en los momentos precisos de tensión
argumental.
¿Miedo, gore, terror
psicológico?
Uzumaki es una obra que, sin ser
perfecta ni querer acercarse a ello, pasa dejando huella, siendo una lectura
casi obligada para todo aquel que se interesa por este estilo. Demuestra de
forma muy detallada cómo funciona la mentalidad retorcida de un autor que crea
terror al más puro estilo japonés y al que a todas luces podemos llamar con el
pomposo título de "clásico". Seguramente por él se le recuerde dentro
de varios años cuando uno se quiera referir a algún buen manga de este género.
Pero Uzumaki, como ya decía más arriba, no es
una obra perfecta. No tiene todos los hilos atados completamente, no tiene un
argumento entrelazado a la sin dejar nada en el aire y no sorprende en su
avance. En un principio el manga está compuesto por una serie de historias
cortas que suceden en ese pueblo y a través de las cuales Kirie y Shuichi son
testigos en mayor o menor forma de la degradación que va sufriendo todo
Kurôzu-cho.
Llama sobre todo la atención un hecho
estremecedor: Suichi es consciente del peligro que sufren desde que comienzan
los hechos extraños, ya que para su desgracia debe vivirlos muy de cerca. Y entonces,
si está tan alertado y le comenta a Kirie que deben abandonar el pueblo… ¿por
qué no acaban por abandonarlo? Ese fallo en la lógica, que bien le viene al
autor porque si no se quedaría sin los dos protagonistas, pero que bien podría
haber arreglado habiéndolos cambiado, es algo de lo cual cojea ese manga: la
falta de veracidad. Pero quizás sea a causa del onirismo que desprende en cada
uno de los relatos, como si fueran mismamente pesadillas de las cuales los
protagonistas quieren despertar, pero no lo logran, dejándose arrastrar al
final por la misma, que en forma de espiral amenaza con devorarles.
Y es precisamente esa espiral la que finalmente parece
también atraparles, porque ellos siempre justifican que no les pase nada, ellos
no mueren por culpa de la maldición, aunque sean testigos directos, pero están
tan malditos como los que más y es precisamente en el final, que no voy a
desvelar, cuando el lector se da cuenta de que tanto Kirie como Shuichi son las
piezas que le faltaban al puzzle para completarse y al darse cuenta ellos es
cuando toda la pesadilla puede finalmente terminar. Pero es a través de esos
tortuosos capítulos en los que se va viendo como las amenazas suceden por
doquier como se va trazando la trama, saltándose a la torera todo lo que
tenemos preconcebido sobre el terror.
Nos encontramos ante una obra que no podríamos catalogar
como terror, como gore o como simplemente historia de miedo y si
presumiblemente tuviera que verme obligada a darle un apelativo a
"Uzumaki" sería el de "intrigante", puesto que si bien
contiene puntos gores y algunos otros tremendamente asquerosos - el punto de
los caracoles me hizo revolver el estómago y no había comido desde hacía horas
- junto al tema de no saber qué ocurre, que podría catalogarse como terror en
occidente, no lo es en Japón. O quizás sí, quién sabe, por eso la dificultad de
catalogarlo. "Uzumaki" tiene como objetivo inquietar al lector, hacer
que los límites de su propia realidad tiemblen un poco al ser una obra tan
realista en su planteamiento… o si no realista, costumbrista.
Así pues "Uzumaki" es una obra que rompe los
esquemas lógicos a los que el lector puede estar acostumbrado. Es una nueva
visión del mundo imaginado por Ito, sin ser su mejor obra, ni a nivel gráfico
ni a nivel argumental, pero que encandila por su originalidad. Déjate atrapar
por la espiral y sabrás a lo que me refiero.
Ficha Técnica
Nombre original: Uzumaki うずまき
Autor: Junji Ito
Año: 1998
Género: terror
Categoría:seinen
Edición en castellano: Planeta deAgostini Comics
0 Comentarios
Se respetuoso o se borrará tu comentario. Gracias.