Chico
conoce a chica. La bella y la bestia. Ambos conceptos manidos hasta la
extenuación. Kemonozume es una revisión de la clásica historia a través
de unas lentes tan bizarras como fascinantes.
El clan Kifuuken sigue una larga tradición enfrentándose a los Devoradores de Carne, mestizo de monstruo y humano con una insaciable sed de sangre. El heredero del Kifuuken, Toshihiko Momota, es incapaz de enfrentarse a los Devoradores de Carne por un trauma infantil a pesar de ser el espadachín más hábil de su clan y un hombre de una recta moral. Sin embargo, su vida da un brusco giro cuando entra en ella Yuka, una hermosa mujer que resulta ser una Devoradora de Carne. Enamorados el uno del otro, Toshihiko y Yuka huyen perseguidos por el Kifuuken, enemigos de los Devoradores de Carne y con el constante peligro de que, en cualquier momento, ella puede transformarse y matar a su pareja.
Este particular giro a la conocida
historia sienta la principal base temática de Kemonozume ¿qué es un
monstruo? ¿Podemos controlar nuestros instintos? ¿Estamos condenados a
cargar con el peso de nuestra herencia genética? Aunque la trama
reflexiona sobre este tema de maneras originales, tales como las
aberturas frías que muestran breves historias de otros Devoradores de
Carne, lo cierto es que muchos de los lugares por los que pasa son
conocidos. Sin embargo, la serie combate esta familiaridad mezclando
conceptos, cambiando roles y asegurándose de que la trama esté en
constante movimiento, haciendo que los trece episodios que componen este
anime pasen en un suspiro.
Sin embargo, si algo merece destacar más
allá de la trama de Kemonozume, es su brillante concepción artística.
El
dibujo mezcla técnicas de rotoscopia y animación en 3D con un estilo de
dibujo que tiende hacia el realismo pero se define por unas líneas
veloces que construyen sus personajes casi a garabatos, dotando de una
gran agilidad y fluidez a la animación y haciendo que cada nueva escena
sea una sorpresa visual. Esto lo acompaña una banda sonora que bebe del
jazz en varias de sus ramas para construir un ambiente con clase pero,
al mismo tiempo, vulgar y lleno de bajeza. Kemonozume no tiene miedo de
mostrar, al igual que muchos otros shônen, violencia o desnudos, pero
esto no hace sino reforzar su reflexión sobre nuestra relación con la
naturaleza. Un personaje se ve tentado por sus emociones más bajas a
entablar una relación sexual, mientras que un monstruo devora
violentamente a la chica que ama por no saber controlarse. Es una serie
que canaliza sus inquietudes sin miedo a ser juzgada, y aunque por
momentos roce el fanservice, nunca parece forzado.
Kemonozume es una serie extraña a primera vista, pero como muchas rarezas, oculta algo fascinante y único en su interior. Simplemente por su atrevimiento estético merece la pena echarla un vistazo, pero su particular revisión de una de las historias de fantasía clásicas la vuelven atractiva y cautivadora. Quizá demasiado violenta para algunos estómagos, pero aquellos que la digieran no lamentarán este plato.
Ficha Técnica
.Año: 2006
.Estudio: Madhouse
.Autor: Masaaki Yuasa
.Género: acción, romance, fantasía
.Categoría: seinen
.Episodios: 13
0 Comentarios
Se respetuoso o se borrará tu comentario. Gracias.