Otro miércoles más abrimos la sala de visitas de la librería Kasukabe para traer uno de mis pequeños artículos de opinión sobre el mundo del manga desde mi particular estantería. Para este número que va a salir en breve (en cuanto deje de darle trabajo a los pobres diseñadores), vamos a incorporar un artículo sobre la época oscura de Tezuka y en él cito varios nombres un poco raros y entre ellos el gekiga, del cual quiero hablaros hoy.

En esta entrada voy a intentar explicar el gekiga para dummies. La traducción directa del vocablo japonés sería "imagen dramática", pero la traducción real que yo le daría, por sentido y necesidad histórica y temporal, es novela gráfica, ya que este concepto japonés responde directamente a la misma necesidad que se le presentó a Eisner en el momento de utilizar esta expresión dentro del cómic occidental y especialmente en el cómic americano en su obra Contrato con Dios, que ya de paso os recomiendo y que podéis encontrar fácilmente en un integral ya que Norma Editorial ha tenido a bien mantenerla y publicarla en su catálogo. 


Así pues el gekiga es una creación por necesidad de separarse del manga que había estado relacionado en ese momento con los niños y con el humor. La creación de la expresión corresponde a otros de los grandes del cómic japonés y que no es otro que Yoshihiro Tatsumi. De este autor tenemos la enormísima suerte también de que otra editorial española se haya interesado por su obra. Astiberri publica en dos tomos la obra autobiográfica del autor Una vida errante también fácil de encontrar en librerías especializadas en cómic que vale muchísimo la pena que leáis, sobre todo si estáis interesados en la historia del manga y tenéis curiosidad por el gekiga, a parte de por conocer la obra de un enormísimo autor como es Tatsumi,  un tanto olvidado en occidente, eclipsado por la omnipresente figura de Tezuka.

Comenzó Tatsumi a utilizar este nombre para denominar a sus obras a partir del 1957 y varios autores se le unieron a su forma de hacer manga. Unos años después, justo cuando Tezuka entraba en su época oscura (me gustaría señalar que en el momento en el que Tatsumi comenzó a dibujar gekiga, Tezuka dominaba en gran parte el mercado del manga comercial, en especial gracias al éxito de su Astroboy), éste comenzó a dibujar ese gekiga que en un principio había sido creado como revulsivo contra este cómic más mainstream y que a su vez también suponía un movimiento social, ya que leer este cómic underground equivalía a una pequeña rebelión contra el control estadounidense de Japón.

De este Tezuka que adoptó la forma de explicar historias y de dibujar del gekiga, se consiguió sentar las bases de la llamada época dorada del manga, que toma toda la década de los años 70 y que dio forma al cómic japonés tal y cómo lo conocemos. Además, de rebote, se sentaron las bases del seinen, que acabó por desterrar al gekiga del panorama comercial.

Actualmente la palabra gekiga como término está en desuso y se utiliza para designar cómics e la época de 1960 al 1980 de corte adulto. Kazuo Koike (Lady Snowblood), Hiroshi Hirata (Zatoichi) o Ryoichi Ikegami (Crying Freeman) son autores de gekiga conocidos en España a parte de Tatsumi.