Por Lax
Con la quiebra que sufrió Squaresoft, nacerĆa gracias a Enix: Square Enix. Los nuevos estudios debĆan de estar con las hormonas de un adolescente lleno de espinillas cuando quisieron demostrar a los fans de la SAGA por excelencia de Squaresoft -Final Fantasy- de lo que eran capaces de hacer. Ni que decir que lo peor fue comenzar sus andaduras con una secuela de uno de los Ćŗltimos juegos con una de las mejores historias de la saga ya comentado por mi compaƱero ToTe: Final Fantasy X. Aunque es comprensible, pues estarĆa tan fresco en el estudio que con retoques allĆ y allĆ” se podrĆa sacar algo decente mostrando sus innovaciones, un cĆŗmulo de brain stroming para diferenciar la nueva “ERA” de Final Fantasy que ni hasta ahora a conseguido la aceptación unĆ”nime de jugadores y crĆtica. Un juego que como RPG “moderno” no estĆ” tan mal, pero como un Final Fantasy, y secuela de la dĆ©cima entrega, dejaba mucho que desear.
Aires de Cambio.
Han pasado dos aƱos desde los acontecimientos de Final Fantasy X y aires de cambio azotan Spira. El Clero, regido bajo el Dogma de Yevon, ha perdido su poder polĆtico, militar y religioso quedando sólo un pequeƱo atisbo de lo que era. El cambio se produce con rapidez: los Albhed viajan por toda Spira mostrando toda la tecnologĆa descubierta y existente, y el resto de ciudadanos abrazan muchos con alegrĆa, y otros con miedo, todos estos cambios; provocando asĆ la aparición de nuevos grupos, politico-militares o de mero asentamiento.
Ante este panorama, Yuna viaja por toda Spira como su Salvadora y la Destructora de Shin, convirtiĆ©ndose en la GuĆa de los habitantes de Spira, mientras intenta asĆ no olvidar a su persona amada.
Cuando Riku, convertida en una Cazadora de Esferas para descubrir el pasado de Spira y asà reescribir la historia tal y como fue, y no como la contó El Clero, le enseñe una videoesfera donde aparece un borroso Tidus, Yuna decide unirse al grupo de cazaesferas conocido como las Gaviotas para saber la verdad sobre las imÔgenes grabadas y encontrar alguna forma de volverse a reunir con él a punta de pistola.
Esferas y Losas de Atuendos.

Y ahora sĆ, comencemos.
Final Fantasy a Ritmo de Pop a lo Mâho ShÓjo.
Una de las novedades mĆ”s sonadas en esta secuela es ese tufo a “Pop” que huele desde el primer segundo, pues la intro de esta nueva entrega no pudo ser otro que todo un concierto con Yuna como cantante con el tema “Real Emotion”. Una intro muy rĆtmica pero muy sosa en conjunto para lo que se habĆa estado viendo hasta hora, mostrando de un plumazo el nuevo look que estaba tomando Spira, algo no tan malo si no fuera por el fuerte contraste con la anterior entrega que personalmente me rompe demasiado. AĆŗn asĆ hay que admitir que la mĆŗsica pop es bastante salvable.
Poco despuĆ©s, nos harĆ”n una rĆ”pida introducción a las vestisferas, cómo estas transforman a las fĆ©minas protagonistas al mĆ”s puro estilo Magical Girl que dan ganas de gritar “¡Por el Poder de Luna!”. No sólo eso, si no te habĆas enterado antes de jugar, serĆ” cuando te vayas dando cuenta de que tus Ćŗnicos personajes a manejar son: una Yuna pacifista que difunde su amor y paz a tiro limpio, una Riku que pierde delantera pero enseƱa mĆ”s chicha, y una chica nueva llamada Paine… sosa, muy sosa, no sabiendo a veces si es moe, gótica o la tĆpica que intenta hacer gracia pero no lo consigue. Personaje que de alguna manera intenta suplir el gran vacĆo que deja el personaje de Auron (que no Sauron ¿Eh?), pero que a pesar que le metan vinculaciones con la historia a tratar te preguntas si su existencia era relevante salvo por crea un trĆo.

Por Ćŗltimo en este apartado hay que hablar de la evolución en el argumento. Hay que admitir que el argumento tiene bastantes lagunas a la hora de conectar con su predecesora, pudiĆ©ndonos volver locos si suplimos esas carencias con teorĆas que pueden no llegar a nada o ser ciertas. Pero aĆŗn asĆ su acierto radica en la idea de los “SueƱos” de las invocaciones y sacerdotes de Zanarkand. ¿No pudieron existir referencias reales de las cuales se basarĆan sus SueƱos? Es algo que sólo entenderĆ”n aquellos que jugaron con anterioridad el FFX. Por lo demĆ”s, sólo se hace el interesante arrancando de una premisa tan simplona como ir en Busca de las Esferas Perdidas a golpes limpios y chascarrillos con el trĆo protagonista que ni las Ćngeles de Charlie y todo ello aderezado con ese tufo a Chicas MĆ”gicas por doquier. Tan simple que incluso tendremos a nuestra banda de Cazaesferas enemigos: los tĆpicos malos IDIOTAS a los que hay que derrotar una y otra vez, llegando un punto en que da vergüenza ajena el derrotarlos por su nivel de patetismo.
Cuando creemos que todo serĆ” el mismo rollazo padre comenzaremos ver la evolución del relato. Evolución tramposa que parece mejor de lo que es al mostrarte desde el comienzo un bodrio que aburrirĆa al mĆ”s simplón de los jugadores (como yo) con el tiempo. Tal aparece cuando te das cuenta que Spira parece estar dividiĆ©ndose en varias facciones: los que apoyan a Yevon, a los Albhed y a un grupo politico-militar independiente que luchó contra Shin en la anterior entrega bajo las órdenes de El Clero. Todas ellas conectadas entre sĆ y con un pasado tan tenebroso que resulta ser el mismo que investiga Yuna y sus dos compaƱeras. Una guerra parece estar a punto de comenzar y habrĆ” que ponerse las pilas, sobre todo cuando los Eones comiencen a resurgir de las profundidades de los Templos.
Tres Cazaesferas para una, y una para Tres.
Una de las novedades mƔs sonadas para este Final Fantasy, era la
capacidad de tener mƔs de un final
distinto según eligieras cómo avanzar
la historia, siendo el perfecto el conseguir el 100% de historia.
Cuando consigues tal perfección no sólo verÔs un final del juego
distinto, sino tambiƩn un extra que desearƔs conseguir (aunque cuando lo
consigas te preguntarÔs si valió la pena). Pero por desgracia esa
libertad es muy subjetiva, ya que a veces seguir un camino u otro no
sólo te llevarÔ a conseguir un final distinto, sino también a que no te
enteres de nada o a medias de todo lo que ha estado pasando. AsĆ que al
final te tocarÔ seguir el camino mÔs largo, ya sea a base de intuición,
de una guĆa aunque sea de mercachifle, o cuando acabes el juego sin
llegar a ese 100% (o ni al 50%) volver a empezar con todos los objetos y
demƔs cosas logradas la partida; otra novedad que facilita el volver a
querer a jugar… o no.
La otra novedad ligada a lo anterior es la realización de misiones a elegir. Dividido el juego en capĆtulos, por cada capĆtulo te exige realizar un mĆnimo de misiones para continuar y algunos extras, los cuales puedes realizar (a priori) cuando quieras, pero tocarĆ” hacerlas todas.
La novedad comentada sobre la losa de atuendos y la vestisferas… que os querĆ”is que os diga, pero aunque sea cierto que tener tres personajes para jugar es una mierda, yo me lo pasaba teta transformando a las fĆ©minas mientras veĆa sus siluetas poniĆ©ndome mĆ”s cachondo que un perro rodeado de hembras en celo. Pero la verdad es que al final me acababa cansando. A priori tales transformaciones parecen volverse necesarias, sobre todo si decides hacer misiones para un nivel superior al que tienes, ya que mejoraran las habilidades y parĆ”metros de los personajes, pero una vez las subas bien de nivel (acogiendo el sistema tradicional y abandonando es extraƱo sistema de tabla de esferas que al final echas en falta) parece una chorrada como un pino que ayuda mĆ”s a entretenerte en la batalla que otra cosa, pues la estrategia con tales artilugios se diluye.
Otras cositas a groso modo a comentar son: minijuegos que dejan mucho
que desear. Hay muchos, algunos obligatorios para ciertas misiones, pero
no son nada nuevo y personalmente me aburrĆan. Entre ellas un blitzball
automĆ”tico que destrozaba uno de los mejores juegos de los Final –he
jugado mƔs al Blitz del FFX que a un Fifa-, un juego que recuerda a las
Cartas del FFVIII pero que no le llega ni a la suela del zapato, o cazar
monstruos a pistoletazo limpio con Yuna siendo mƔs divertido el Duck
Hunt de NES. Batallas que basƔndose en el sistema tradicional se vuelve
en tiempo real y bastante rĆ”pidas que provocarĆan las quejas de los
puritanos pero que personalmente me parecĆa lo mejor del juego. Y al
final mĆ”s de un diĆ”logo de “chicas” empalagoso que creo que a las
propias tĆas echarĆan atrĆ”s. Y lo peor: NO HAY INVOCACIONES. AsĆ que ajo
y agua. Lo intentan suplir con vetisferas de la “hostia” que son feas y
ni tienen punto en comparación con una buena invocación.
Con respecto a grĆ”ficos y demĆ”s, que os querĆ©is que os diga, pero FFX estaba muy bien y X-2 no trae nada nuevo. MĆ”s sorpresa me fue el apartado musical que, aunque la ausencia del maestro Nobue Uematsu se note, en algunos aspectos fuera mucho mejor de lo que esperaba. Y no sólo me refiero a la ya comentada mĆŗsica Pop (como “1000 Words”), sino tambiĆ©n a esa intro, una pieza de piano preciosa titulado Kuon - Hikari to nami no kioku- que escucho mientras escribo estas palabras.
A que debo ir finalizando, no podĆa acabar sin mencionar tal vez lo que para mi serĆa lo mejor de este FFX-2: su batalla final. Y no es porque sea una gran batalla y su cierre nos deje con el culo torcido, no, no lo es. Es porque personalmente tuve un orgasmo al escuchar las voces de Auron, Jetch y el padre de Yuna apoyando en la batalla. Y eso es una delicia.

La otra novedad ligada a lo anterior es la realización de misiones a elegir. Dividido el juego en capĆtulos, por cada capĆtulo te exige realizar un mĆnimo de misiones para continuar y algunos extras, los cuales puedes realizar (a priori) cuando quieras, pero tocarĆ” hacerlas todas.
La novedad comentada sobre la losa de atuendos y la vestisferas… que os querĆ”is que os diga, pero aunque sea cierto que tener tres personajes para jugar es una mierda, yo me lo pasaba teta transformando a las fĆ©minas mientras veĆa sus siluetas poniĆ©ndome mĆ”s cachondo que un perro rodeado de hembras en celo. Pero la verdad es que al final me acababa cansando. A priori tales transformaciones parecen volverse necesarias, sobre todo si decides hacer misiones para un nivel superior al que tienes, ya que mejoraran las habilidades y parĆ”metros de los personajes, pero una vez las subas bien de nivel (acogiendo el sistema tradicional y abandonando es extraƱo sistema de tabla de esferas que al final echas en falta) parece una chorrada como un pino que ayuda mĆ”s a entretenerte en la batalla que otra cosa, pues la estrategia con tales artilugios se diluye.

Con respecto a grĆ”ficos y demĆ”s, que os querĆ©is que os diga, pero FFX estaba muy bien y X-2 no trae nada nuevo. MĆ”s sorpresa me fue el apartado musical que, aunque la ausencia del maestro Nobue Uematsu se note, en algunos aspectos fuera mucho mejor de lo que esperaba. Y no sólo me refiero a la ya comentada mĆŗsica Pop (como “1000 Words”), sino tambiĆ©n a esa intro, una pieza de piano preciosa titulado Kuon - Hikari to nami no kioku- que escucho mientras escribo estas palabras.
A que debo ir finalizando, no podĆa acabar sin mencionar tal vez lo que para mi serĆa lo mejor de este FFX-2: su batalla final. Y no es porque sea una gran batalla y su cierre nos deje con el culo torcido, no, no lo es. Es porque personalmente tuve un orgasmo al escuchar las voces de Auron, Jetch y el padre de Yuna apoyando en la batalla. Y eso es una delicia.
En definitiva®, Final Fantasy X-2 podrĆa a
ver sido un juego aceptable tal vez con otra historia, otro mundo y
otros personajes, tal vez fuera de la saga Final Fantasy, pero dentro de
ella queda muy oculta tras las grandes sombras no sólo de su
predecesora directa (FFX), sino tambiƩn del resto de la saga.
(Agradecimientos a Yaone por los Renders).
(Agradecimientos a Yaone por los Renders).
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