Nunca podrán definirme como un amante del cómic, ni siquiera del
manga, mis compañeros pueden dar fe de ello. Tengo alergia a los
superhéroes. Sí, esos tipos que adquieren superpoderes por radiaciones
que deberían haberles producido leucemia y pueblan las páginas de las
historietas. Manías persecutorias. Sin embargo, lo que nadie podrá
echarme en cara es que reconozco una buena obra cuando me la ponen en
las narices, y Blacksad lo es.
La
tierra de las oportunidades, USA, década de los 50. Años de posguerra,
la formación del telón de acero y la Guerra Fría donde la tensión
se mascaba.
¿Qué mejor escenario donde situar un cómic cuyo género se
acopla perfectamente al de la novela negra? Si no conoces el género, te falta cultura literaria y cinematográfica por los cuatro costados. Blacksad también se podría encuadrar en al género policiaco, pero esto es abrir la
mano más de la cuenta.
El género negro es un movimiento artístico que
tuvo su auge en las décadas de los 40 y 50. Debe su nombre a que las
primeras publicaciones que siguieron los patrones míticos de este tipo
de obras policíacas y que se publicaron en las revistas Black Mask y en la
colección Serie Noire. Los mayores exponentes de este género son
Dashiell Hammett (padre de la figura de Sam Spade) y Raymond Chandler
(creador del detective Philip Marlowe), cuyos personajes fueron trasladados al cine, donde
destacamos la película El halcón maltés como máximo exponente del
género. Otro grande del género es el hoy día omnipresente –pero no por
ello más conocido- Perry Mason, de las novelas creadas por Erle Stanley Gardner.
En Blacksad también tenemos los ingredientes de un buen noir: un detective privado, con su humor negro y cínico, con su gabardina (atuendo indispensable); las femme fatale; los bajos fondos; los relatos contados en primera persona casi a estilo monólogo interior, donde el narrador es el propio protagonista; y los trabajos de mala muerte donde uno se juega algo más que ganarse el pan por intentar averiguar siquiera un simple atisbo la verdad.
En Blacksad también tenemos los ingredientes de un buen noir: un detective privado, con su humor negro y cínico, con su gabardina (atuendo indispensable); las femme fatale; los bajos fondos; los relatos contados en primera persona casi a estilo monólogo interior, donde el narrador es el propio protagonista; y los trabajos de mala muerte donde uno se juega algo más que ganarse el pan por intentar averiguar siquiera un simple atisbo la verdad.
Pero aquí,
en la historia que nos ocupa, hay un punto diferente, un punto acogedor
del que carece el resto de obras que se encuadran en el género. Es
zoomorfa. Sí, nuestro amargado detective protagonista es un gato, un
gato negro para más inri, y también podréis fácilmente encontrar a
ratas y reptiles de todo tipo. Desde luego, se forma un universo que
atrae, más incluso que por la propia temática de la serie, convencional
dentro de los tópicos que abarca la novela negra, por el mero hecho de
la caracterización animal de los protagonistas, dotando a la obra de
innovación, pese a que la caracterización de personajes como animales se
ha llevado a término en otras importantes obras del cómic como La Mazmorra o Maus, no
es algo habitual en este mundillo.
Blacksad son historias autoconclusivas, creadas bajo el guion de Juan Díaz Canales, de las que se han publicado 6 hasta la fecha: Un lugar entre las sombras; Artic-Nation; Alma Roja; El infierno, el silencio; Amarillo; y Todo Cae. Llama la atención el hecho del predominio de un color diferente para cada tomo, y en cierta forma, relacionado con lo que contiene.
Curiosidad
aparte, en cuanto al dibujo es necesario
hablar de la figura del dibujante y colorista Juanjo Guarnido. Este
hombre, nacido en Granada, proviene del mundo de la animación,
concretamente de los estudios Disney París, donde ha sido
participe del equipo de animación de películas tan míticas como
Hércules, Tarzán o Atlantis. Trabajando en Disney es más
comprensible el grado de maestría y perfección con el que ejecuta los
personajes de la obra; esos animales antropomorfos que nos mantienen
inmersos en el cómic, cuyo adjetivo más apropiado para describirlos, y que no hace justicia, es colosal.
Sobre todo, llama la atención la expresividad un elemento
que eleva el dibujo a límites insospechados, con un coloreado exquisito
y unos escenarios llenos de color y viveza. Además, nos encontramos una
narración gráfica ágil, acompañando a la perfección la narración y
dando la información necesaria y justa. La anatomía, los planos, los
ropajes, todo se cuida hasta el más mínimo detalle. Un dibujo pues que
pone los dientes largos no solo a consumidores ávidos de cómic, sino
también a colegas de profesión como Stan Lee o Joe Kubert entre otros,
que no han dudado en elevar fantásticas críticas a la obra.
Sin embargo, el uso de animales antropomórficos no quita lo esencial del guion. Una historia oscura, sucia, de vidas grises y esperanzas que no se materializan, violenta al fin y al cabo, ya que una cosa no quita la otra.
Para terminar, señalar que estamos ante una obra en formato francobelga, es decir, pensada para el mercado francés (ya sabemos que en España el mundo del cómic, salvo honrosas excepciones como las obras de Ibañez, Mortadelo y Filemón, Rompetechos, etc. no tienen gran acogida, lo que obliga a muchos historietistas a buscarse la vida en Francia).
Blacksad ha roto moldes y se ha llegado a
situar como uno de los cómics más vendidos en el país vecino, y dentro
de España ha batido récords. Y esto se explica
fácilmente también por la numerosa cosecha de premios que ha recibido,
entre ellos Premio Nacional a la Mejor Obra y Autor Revelación en el
Salón del cómic de Barcelona y nominado en la categoría de Obra
Revelación en el Salón del cómic de Angouleme, obteniendo en 2006, en
ese mismo evento el premio a la mejor serie. También ha sido galardonada
con los Premios Harvey en 2005. La calidad impera en este cómic.
En resumen: novela negra de gato con gabardina plasmada en el noveno arte, imprescindible.
Lo mejor: los animales antropomórficos, el dibujo, el color, la narrativa, la expresividad.
Lo peor: que no te guste el tema de los animales.
Ficha Técnica
Autor: Juan Díaz Canales y Juanjo Guarnido
Género: negro, policíaco
Editorial: Norma Cómics.
Formato: álbumes, 48 páginas el primero y 56 los siguientes, en color.
Precio: 12-15 € en España.
Otros: Edición de lujo del tercer álbum 179 €, making off 30 €
Reseña realizada por Zent para Koukyou Zen



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