Original publicado en KZ#30
Escrito por Ramón Díaz

Satoshi Kon es principalmente conocido como un brillante director de cine que, con una filmografĆ­a de apenas 4 pelĆ­culas y una breve serie de 13 episodios, ha creado un estilo Ćŗnico e inimitable.

Sin embargo antes de pasar al mundo del anime empezó siendo ayudante de Katsuhiro Otomo en los años 80, pasando rÔpidamente a debutar como mangaka. Es cierto que no pasó mucho tiempo en este medio pero es aquí donde su estilo, sus obsesiones y su búsqueda de voz propia dieron sus primeros pasos.

Historias cortas de Satoshi Kon, publicado por Planeta deAgostini, nos presenta precisamente eso, 14 historias breves editadas originariamente entre 1984 y 1989. Entre éstas encontramos propuestas de todo tipo, aunque al leerlas como bloque se ve un gran potencial en contar historias, tan diferentes entre sí, sin encontrar aún un estilo único y marcado (a nivel explícito, ya que siempre hay un hilo subyacente y sutil). Todos éstas son el germen de las grandes películas que hizo como director y podemos ver reflejadas en las influencias (cuando no han pagado directamente por los derechos de ellas como en Réquiem por un sueño ) que ha tenido con otros directores, mÔs allÔ de tierras niponas. Películas como Paprika y Perfect Blue han influenciado a grandes directores: The Inception-Origen de Christopher Nolan y The Black Swan de Darren Aronofsky respectivamente.


Entrando en ellas directamente, y teniendo en cuenta que son historias escritas con apenas veintitantos años, todas ellas adolecen en mayor o menor medida de dos características. La primera es, probablemente, fruto de la inexperiencia ya que los guiones no tienen solidez narrativa, creando a veces al terminarlas una cierta sensación de incerteza o no finalización. Lo segundo sería la falta de medida a la hora de narrar la historia, encontrÔndonos en muchos casos con ideas que sobrepasan las pÔginas que tienen o viceversa, demasiadas hojas para un relato puramente anecdótico. Todo esto, se puede ver en mayor o menor medida, por ejemplo, Carve-talla (deudora claramente a nivel estético y argumental de Katsuhiro Otomo) que pide a gritos muchas mÔs pÔginas para ese mundo apocalíptico. Mas allÔ del sol sin embargo es tierna, realmente graciosa y ocupa el número exacto de pÔginas a donde podía llegar. Brillante.
Picnic y Cautivos nos llevan también al mundo de la ciencia ficción. Picnic destaca ademÔs por haber sido incluida en el especial Akira World, presentando un Neo-Tokyo alternativo y no siendo esta la última colaboración con Otomo.
Waira es la clƔsica historia de samurƔis con un pequeƱo elemento extraƱo perteneciente a otro lugar. Es un claro ejemplo de exceso de pƔginas.
Los visitantes se adentra en las clƔsica de fantasmas japonesa con un toque moderno y algo menos siniestro.
Follonazo y PequeƱo beisbolista se adentran en ese terreno tan caracterƭstico en el manga japonƩs, el bƩisbol. La primera ademƔs estƔ ambientada en la llegada al Koshien ( como en la excelente Touch de Mitsuri Adachi, autor inexplicablemente poco publicado en EspaƱa ) pero con una historia poco menos que prescindible. PequeƱo beisbolista en cambio es sencilla y apela, con Ʃxito, al niƱo que llevamos dentro y jugaba en la calle o el parque con sus amigos. Breve y excelente.
Verano de Nervios, con un pequeƱo retazo metalinguƭstico, Enfoque, Es hora de los adioses y Secuestradores se enmarcan en lo cotidiano y el humor. Todas ellas son divertidas, con personajes que van del arquetipo a algunos con entidad propia y relativamente fallidas y acertadas. De nuevo son intentos con destellos brillantes de un joven Satoshi Kon.
Y por último, y casi al final del tomo, aparece Joyfull Bell. Esta historia es un cuento clÔsico de Navidad con todos los elementos que se esperan de él. Sin embargo, pese a jugar con elementos manidos, probablemente aquí encontremos los personajes mÔs tridimensionales, los momentos mÔs brillantes y la magia de lograr que ignoremos, en beneficio de los personajes, todos los elementos irreales y tramposos de este tipo de cuentos. Brillante y esperanzador viñeta a viñeta.

En resumen, Satoshi Kon desde los inicios se muestra como un narrador valiente que no teme perderse para encontrar su camino. La variedad de historias, registros y personajes demuestra que nada en su obra es casual sino fruto de la búsqueda de un genio. Por ello pese a todos su fallos y errores esta recopilación es totalmente recomendable para cualquier amante del manga y imprescindible para cualquier seguidor de Satoshi Kon. AdemÔs la edición de Planeta en líneas generales ( la reprodución de negros podría ser mejor en algunas historias ) responde a lo que toda edición de lujo debería de tener. QuizÔs un artículo introduciendo la obra hubiera estado bien pero aun así el precio casi responde totalmente a lo que ofrece a nivel puramente de edición. A nivel narrativo es indudable.

Si los posteriores obras son imprescindibles para cualquiera que busque historias que vayan mÔs allÔ de lo común, Historias cortas de Satoshi Kon, es claramente necesario para entender de donde proviene el valor creativo de un, desgraciadamente fallecido, creador en el sentido mÔs puro de la palabra.